Por Bolívar Balcacer
Detalles ampliados : martilloyclavo.com
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Ha pasado un largo tiempo desde que en este portal escribimos artículos contundentes con títulos más impactantes aún como "La danza del chimichurri", "raza de viboras", "No se van por el que dirán", "los peseteros de New York" y otros.
El tiempo ha pasado y no fue sino ayer cuando el buen amigo y decano de la bochincheria Joseph Caceres, nos da la razón de lo que ya habíamos planteado con antelación sobre el comportamiento de los pordioseros metidos a comunicadores gracias al internet.
No es un secreto para nadie que la miseria se ha encargado de la blogosfera dominicana, el lastre que se arrastra desde que se habló por vez primera de los desaparecidos coroblogs es la mejor prueba de como todo se metió en un callejón sin salida, lo peor que los que debieron educar en su momento, han quedado en el anonimato y una gran cantidad de seudos comunicadores, comunicadores ya pulidos y los últimos que se integraron quedaron sin tutores y sin orientadores firmes, porque la búsqueda de pesitos y uno que otros aditamentos como el pedir pago de trabajo por tostones, chicharrón de pollo y dos cervecitas, terminó de matar el trabajo y de darle calidez a la tarea emprendida.
Nadie en su momento al menos en New York, le dió seguimiento a los postulados del visionario que ha sido Anthony Worth quien planteó en su momento salidas salomónicas que favorecieran al conglomerado de la blogosfera quisqueyana que ya venía manga por hombro, en cambio en vez de apoyar esa iniciativa lo que hicieron fue criticar las posturas de Worth asumiendo este la posición del silencio, con lo que se logró arrancar a un visionario y líder en crecimiento del medio, impidiendo que avanzaramos, todo gracias a los busca pesos de allá y de acá, todologos de la miseria.
Hoy cuando Joseph Caceres grita, nadie opina pero el articulo de él es claro y contundente, viendo eso solo nos resta decir, que el hambre está matando a los blogueros y faranduleros dominicanos y la ignorancia acabó con la blogosfera dominicana al menos con una gran mayoría en la gran babel de hierro.