Adamari López cuenta que tras encontrarse una masa a través de un autoexamen, buscó tres opiniones médicas, y optó por la más radical, la extirpación del seno. (Archivo)
Rosalina Marrero- Rodríguez / Primera Hora
Como mujer, la vanidad no estuvo ausente ante el diagnóstico de cáncer de seno de la actriz Adamari López. La imagen pasó a otro plano cuando tuvo que escoger entre vivir o mantener su seno derecho enfermo.
"Cuando me dijeron que tenía que hacerme una biopsia, la vanidad estaba primero que todo. Yo iba a ir a unos premios, me iba a poner un vestido escotado, yo no quería una marca en el seno. A mí me encaaaantaban mis senos, eran bien bonitos, y decía: 'Ay, una marca, que se me quede algo, no'", recordó la artista sobre cómo enfrentó su enfermedad.
"Y una vez entendí que era vivir o tener un seno, dije: 'Ay, no, también tengo bonito el que tengo ahora'", agregó dejando escapar su distintiva carcajada.
Cuenta con una tranquilidad admirable que, tras encontrarse una masa a través de un autoexamen, buscó tres opiniones médicas, y optó por la más radical, la extirpación.
"Si yo por quererme quedar con un seno, voy a tener un diagnóstico más complicado más adelante, decía: 'Dios quítamelo de mi cabeza'; yo lo que quería era vivir. Yo tomé la decisión que entendí era lo mejor para mí, que me dejó más tranquila, yo no quería angustias de nada".Una vez decidió lo mejor para su salud, no le preocupó lo que podía implicar para su intimidad.
"El que me conozca ahora sabe por lo que pasé, pues que espere ver, lo que tiene que ver", apuntó quien asegura estar en paz a nivel emocional.
Rosalina Marrero- Rodríguez / Primera Hora
Como mujer, la vanidad no estuvo ausente ante el diagnóstico de cáncer de seno de la actriz Adamari López. La imagen pasó a otro plano cuando tuvo que escoger entre vivir o mantener su seno derecho enfermo.
"Cuando me dijeron que tenía que hacerme una biopsia, la vanidad estaba primero que todo. Yo iba a ir a unos premios, me iba a poner un vestido escotado, yo no quería una marca en el seno. A mí me encaaaantaban mis senos, eran bien bonitos, y decía: 'Ay, una marca, que se me quede algo, no'", recordó la artista sobre cómo enfrentó su enfermedad.
"Y una vez entendí que era vivir o tener un seno, dije: 'Ay, no, también tengo bonito el que tengo ahora'", agregó dejando escapar su distintiva carcajada.
Cuenta con una tranquilidad admirable que, tras encontrarse una masa a través de un autoexamen, buscó tres opiniones médicas, y optó por la más radical, la extirpación.
"Si yo por quererme quedar con un seno, voy a tener un diagnóstico más complicado más adelante, decía: 'Dios quítamelo de mi cabeza'; yo lo que quería era vivir. Yo tomé la decisión que entendí era lo mejor para mí, que me dejó más tranquila, yo no quería angustias de nada".Una vez decidió lo mejor para su salud, no le preocupó lo que podía implicar para su intimidad.
"El que me conozca ahora sabe por lo que pasé, pues que espere ver, lo que tiene que ver", apuntó quien asegura estar en paz a nivel emocional.