Los hombres y mujeres que fueron oficiales y combatientes durante la guerra de 1965 no sólo pagaron un alto precio para defender la democracia y soberanía nacional, sino que los que sobreviven son víctimas de atropellos y maltratos del propio Estado. La mayoría de ex militares y policías no los reintegraron, y por el contrario, los consideraron como desertores y les tienen una ficha que les provoca dificultades al momento de hacer un trámite legal para recibir un servicio público.
Además, la mayoría de los constitucionalistas viven en la miseria y no se les reconoce ningún tipo de mérito desde el punto de vista histórico y estatal, se quejó el ex combatiente Claudio Caamaño, quien era teniente de la Policía y asistente del líder de la Revolución, Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Explicó que viven en precariedad económica y fueron fichados como “traidores a la Patria y terroristas los serios, los que no se vendieron muriendo en la miseria y perseguidos siempre”.
“Hasta hace unos años me tenían, y quizás me tengan todavía así, a mí me tienen como el terrorista más persistente y recalcitrante del país”, expresó Caamaño.
Bonaparte Gautreaux Piñeyro, secretario de Francisco Caamaño durante la guerra, explicó que la persecución de que son objeto tiene la explicación de que en el país “las palomas les tiran a las escopetas” y que a los constitucionalistas no les quieren dar un papel de buena conducta que “emiten autoridades sin ningún tipo de moral”.
Recordó que fue a buscar una licencia de porte de arma pero tenía una ficha y que cuando le preguntó a un coronel que a qué se debe la ficha le explicó: “Es que usted es un hombre peligroso, usted fue secretario de Caamaño y después secretario de Juan Bosch”.
Dijo que con los militares constitucionalistas vieron interrumpidas sus carreras y luego la fuerza del imperialismo norteamericano, “aliada con todos estos gobiernos que ninguno ha servido para nada, ninguno ha respetado a los patriotas, no le hicieron caso a los constitucionalistas y permitieron que fueran languideciendo”.
Gautreaux lamentó que se permitiera que las carreras militares brillantes de algunos combatientes se perdieran en “el limbo y las persecuciones. Aquí se repitió mil, dos mil veces, aquella situación bien descrita por Gabriel García Márquez de que el coronel no tiene quien le escriba”.
Rafael Gamundy Cordero, que perteneció al Comando La Vega, dijo que las próximas elecciones es la mayor oportunidad de honrar a los constitucionalistas eligiendo candidatos que sigan la obra de los combatientes.
“Hay una democracia política, pero necesitamos materializar los otros objetivos de esa revolución. Nos sentimos orgullosos de participar en la misma”, dijo Gamundy Cordero.
Igualmente, Hamlet Hermann, combatiente y entrenador durante la guerra, indicó que “los doce años de gobierno de Joaquín Balaguer que siguieron a esa invasión militar estadounidense, impuso a sangre y robo un gobierno que debía avergonzar a todo buen dominicano”.
Dijo que desde entonces “se ha impuesto como norma la impunidad para los escuadrones de la muerte y, si antes se asesinaba por sinrazones políticas, el método no ha cambiado para insertarse en el narcotráfico y el crimen organizado”. Claudio Caamaño Asistente de Caamaño “La gran mayoría de los constitucionalistas sigue siendo un paria en su país, todavía hoy, 45 años después, están fichados por cosas malas: yo tengo una ficha como desertor y traidor a la Patria en la Policía.
Cuando voy a sacar un permiso de arma o algo eso es un papeleo enorme. Y eso soy yo, que soy muy conocido”. Gautreaux Piñeyro Secretario de Caamaño “Siempre he creído que valió la pena: a partir de la revolución no hubo una nueva asonada militar, los militares entendieron que tenían que estar en su lugar…la Constitución de 1966, que no era la ideal, fue la que más duró porque todo el mundo entendió que irrespetar la Constitución es demasiado peligroso”. Rafael Gamundy Comando “La Vega” “Es una pena lo que ha pasado con los constitucionalistas: he visto constitucionalistas en la miseria absoluta y eso es una afrenta y un golpe mortal a la juventud, que debe entender que hay que sacrificarse si es necesario por una patria diferente.
Esos hombres abandonaron sus familias y sus negocios para defender su país”. Hamlet Hermann Entrenador de combatientes “El estallido social de 1965 y la guerra por la restauración constituyen los hitos patrióticos más importantes de la historia nacional. La Restauración de 1863 luchó contra el poder imperial de España.
Un siglo después, nuestro pueblo resistió ante el imperio estadounidense y, aunque no venció, tampoco pudo ser vencido”. |