Por: Enriquez Fernández
Conocí a Félix Cabrera en el año 1987 cuando manejaba Estudio 84, la discoteca que mejor se ha identificado con la comunidad dominicana.
Chery Jiménez, ex músico de Wilfrido Vargas y después empresario artístico, es quien me presenta a este joven oriundo de Salcedo y que todavía conserva su acento pueblerino.
Lo que recuerdo de Félix Cabrera es su humildad, el buen trato con todas las personas y su preocupación por mejorar las condiciones de los dominicanos que residen en lo que llamamos la parte alta e Manhattan.
Ha sido siempre un gran emprendedor y como sucede a veces, la vida te da buenos y malos momentos.
Lo vi crecer como empresario, pero también lo vi perderlo todo, abandonando momentáneamente lo que significaba todo en su vida, ser un gran empresario. Recuerdo un día en que nos encontramos cuando caminaba por Dykman Ave y le pregunté “¿Qué estás haciendo?”, porque como empresario sabìa que le había ido mal y me dijo que tenia una pequeña bodega para poder sobrevivir, pero que algún día retomaría su sueño de ser empresario. Algunas personas del medio se alegraron por su fracaso, entre ellos José Tejeda y Lin Hidalgo y un señor llamado Cuqui, que tenia la discoteca Fuego, Fuego.
Personalmente lamenté la situación por la que en ese momento estaba pasando mi amigo Félix Cabrera, quien siempre me dio un buen trato y en todo momento tenía palabras de elogios hacia mi persona cuando laboré en la radio de New York. El tiempo puso la bola en su cancha y volvió al trabajo que sabe hacer y se ha convertido en el primer empresario artístico de New York.
Mi trabajo en la radio de la ciudad de los rascacielos me da la suficiente autoridad de testificar que Félix Cabrera ha sido siempre una persona honesta y trabajadora, que ha estado al servicio de la comunidad dominicana y en especial de los artistas dominicanos, apoyándolos y orientándolos. Soy de opinión que la campaña que en nuestro país tienen algunos integrantes del programa El Gobierno de la Mañana no tiene ninguna justificación, así como la que montó Marino Zapete.
Yo me solidarizo con este hombre que ha sido un trabajador incansable y un triunfador en una plaza tan difícil como es New York. Es mi parecer que esta campaña tiene algún interés particular y quizás hasta político para hacerle daño, específicamente a figuras muy ligadas al presidente de la República y todo esto viene orquestado por un grupo que le interesa el hotel ubicado en Jarabacoa.
Félix, como inversionista, tiene todo el derecho a invertir en su país y no es justo que, utilizando una campaña sucia, se le quiera despojar de algo que legalmente le fue otorgado. Los problemas legales deben de ser dilucidados en los tribunales, no en los medios de comunicación, utilizando como meta la destrucción moral de una persona.
Conocí a Félix Cabrera en el año 1987 cuando manejaba Estudio 84, la discoteca que mejor se ha identificado con la comunidad dominicana.
Chery Jiménez, ex músico de Wilfrido Vargas y después empresario artístico, es quien me presenta a este joven oriundo de Salcedo y que todavía conserva su acento pueblerino.
Lo que recuerdo de Félix Cabrera es su humildad, el buen trato con todas las personas y su preocupación por mejorar las condiciones de los dominicanos que residen en lo que llamamos la parte alta e Manhattan.
Ha sido siempre un gran emprendedor y como sucede a veces, la vida te da buenos y malos momentos.
Lo vi crecer como empresario, pero también lo vi perderlo todo, abandonando momentáneamente lo que significaba todo en su vida, ser un gran empresario. Recuerdo un día en que nos encontramos cuando caminaba por Dykman Ave y le pregunté “¿Qué estás haciendo?”, porque como empresario sabìa que le había ido mal y me dijo que tenia una pequeña bodega para poder sobrevivir, pero que algún día retomaría su sueño de ser empresario. Algunas personas del medio se alegraron por su fracaso, entre ellos José Tejeda y Lin Hidalgo y un señor llamado Cuqui, que tenia la discoteca Fuego, Fuego.
Personalmente lamenté la situación por la que en ese momento estaba pasando mi amigo Félix Cabrera, quien siempre me dio un buen trato y en todo momento tenía palabras de elogios hacia mi persona cuando laboré en la radio de New York. El tiempo puso la bola en su cancha y volvió al trabajo que sabe hacer y se ha convertido en el primer empresario artístico de New York.
Mi trabajo en la radio de la ciudad de los rascacielos me da la suficiente autoridad de testificar que Félix Cabrera ha sido siempre una persona honesta y trabajadora, que ha estado al servicio de la comunidad dominicana y en especial de los artistas dominicanos, apoyándolos y orientándolos. Soy de opinión que la campaña que en nuestro país tienen algunos integrantes del programa El Gobierno de la Mañana no tiene ninguna justificación, así como la que montó Marino Zapete.
Yo me solidarizo con este hombre que ha sido un trabajador incansable y un triunfador en una plaza tan difícil como es New York. Es mi parecer que esta campaña tiene algún interés particular y quizás hasta político para hacerle daño, específicamente a figuras muy ligadas al presidente de la República y todo esto viene orquestado por un grupo que le interesa el hotel ubicado en Jarabacoa.
Félix, como inversionista, tiene todo el derecho a invertir en su país y no es justo que, utilizando una campaña sucia, se le quiera despojar de algo que legalmente le fue otorgado. Los problemas legales deben de ser dilucidados en los tribunales, no en los medios de comunicación, utilizando como meta la destrucción moral de una persona.