Por Emelyn Baldera -
No podemos negar que ellos, los mamberos, constituyen un grupo importante dentro del sector artístico nacional. Sin embargo, pienso que así como en un momento se les exhortó a renovar su lírica para lograr una mayor permanencia, en estos momentos es importante que se revisen.
Sí, debe ser una introspección, algo así como mirar hacia adentro. Estos muchachos que han provocado una “revolución musical” en estos momentos en que la crisis ataca la industria musical, al parecer quieren trascender rápidamente pero no por su arte, sino por sus encándalos.
Omega fue el primero y ahora han seguido otros este mal ejemplo de golpear a una mujer, porque parece que ellos no han escuchado la canción de Reyli: “Pégale a la pared, pero nunca a la mujer”.
Ahora El Sujeto, que era uno de los muchachos de este ritmo urbano que iba creciendo con buen ritmo, está inmerso en un proceso similar, con la diferencia de que quizás lo que la justicia no le cobró a Omega se lo cobre a éste para demostrar que aquí sí hay mano dura. Es importante que estos muchachos que surgen de estas expresiones populares del mismo pueblo entiendan que es mejor trascender por su trabajo que por los escándalos.
Esos tiempos en que los artistas necesitaban de escándalos para pegarse ya pasaron al olvido; al contrario, la gente los aborrece. También deben tomar en cuenta que cuando llega un respirito mayor y entra dinero y junto con ello un poco de fama, se agregan muchas cosas y no siempre son buenas.
Es cuando hay que saber dejar a un lado malos hábitos y seguir el camino recto y el trabajo.
El Sujeto será o no un agresor, pero esta debe servirle como lección para saber escoger las parejas con que se relaciona.
Muchos artistas han tirado por la borda una próspera carrera por acciones repudiables. Por eso hay que revisarse.
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