A los 77 años la actriz sufrió una recaída de su estado de salud y tuvo que ser internada en un hospital de Los Angeles, debido a lo afectada que quedó por la muerte de Michael Jackson
La ganadora de dos Premios Oscar, un Globo de Oro, un BAFTA y cuatro Premios Golden Laurel, tuvo que ser trasladada desde su casa en el barrio de Beverly Hills hasta un hospital de Los Angeles, donde permanece internada.
"Su corazón está mal. Ella se encuentra en silla de ruedas, atendida por enfermeras, pero de todas formas planeaba ir a los shows de Jackson en Londres", repasó la prensa estadounidense recogida por agencias internacionales.
Entre las causas de este decaimiento se mencionó que se le negó el acceso al funeral privado porque alegaron que era amiga de Michael y no de ellos.
En ese momento, sin embargo, se dijo que Liz fue quien no quiso acudir al evento público en el que despidieron los restos del astro del pop.
"Me pidieron que hable en el Staples Center, pero no puedo ser parte de un revuelo público y no creo que a Michael le gustara que comparta mi pesar con millones de personas. Lo que siento, es entre nosostros, no un evento público", aseguró Taylor en su Twitter.
Una fuente cercana a la intérprete, consignó que "Liz está débil, cansada, exhausta y emocionalmente quebrada. No ha dejado de llorar desde que conoció la noticia de la muerte deJackson".
La ganadora de dos Premios Oscar, un Globo de Oro, un BAFTA y cuatro Premios Golden Laurel, tuvo que ser trasladada desde su casa en el barrio de Beverly Hills hasta un hospital de Los Angeles, donde permanece internada.
"Su corazón está mal. Ella se encuentra en silla de ruedas, atendida por enfermeras, pero de todas formas planeaba ir a los shows de Jackson en Londres", repasó la prensa estadounidense recogida por agencias internacionales.
Entre las causas de este decaimiento se mencionó que se le negó el acceso al funeral privado porque alegaron que era amiga de Michael y no de ellos.
En ese momento, sin embargo, se dijo que Liz fue quien no quiso acudir al evento público en el que despidieron los restos del astro del pop.
"Me pidieron que hable en el Staples Center, pero no puedo ser parte de un revuelo público y no creo que a Michael le gustara que comparta mi pesar con millones de personas. Lo que siento, es entre nosostros, no un evento público", aseguró Taylor en su Twitter.
Una fuente cercana a la intérprete, consignó que "Liz está débil, cansada, exhausta y emocionalmente quebrada. No ha dejado de llorar desde que conoció la noticia de la muerte deJackson".