Por Miguel Ángel Herrera
El “brasero” de ahora, es la inauguración de la famosa caso de Héctor Acosta “El Torito”, donde un grupo no fue bienvenido a ese ágape, incluyéndome a mí.
Ahora bien, si la casa hubiera sido mía, procedería igual a como lo hizo Héctor.
Invito a quien quiso y como quiso.
Por supuesto el criterio de selección de sus amigos y sus invitados, solo le corresponde a el como anfitrión y dueño de la casa.
Si nuestra presencia no es bienvenida….entonces no fui invitado.
Y esa quizás sea la razón por la que muchos se sienten “incómodos” con el vocalista.
Yo no fui invitado y por eso no me voy a morir.
En los campos del país se decía antes ”yo no soy plato de segunda mesa”.
Si Héctor no invitó a su inauguración, no veo nada malo en ese proceder.
Lo que si veo mal es violentar las reglas de etiqueta y protocolo, que aunque para muchos están escritos en idioma chino, para mi están escritas en español.
Si usted no soy bienvenido a su casa…no me invite.
Sencillamente eso hizo Héctor Acosta…. (Y tiene todo su derecho).