Por Bolivar Balcacer
martilloyclavo.com
Para los cibaeños y dominicanos en sentido general, su nombre significa calidéz, delicadeza, educación y fortaleza, él llenó una época, su voz fue prestigio de la radiodifusión dominicana y lo sigue siendo muy a pesar de los problemas de salud que le aquejaron desde que se descubrieron células cancerigenas en una de sus tetillas.
Nos referimos al gran JG, el locutor que con estilo y elegancia sitúo en los primeros lugares la radio de Santiago, fue el niño mimado de Ondas del Yaque y gracias a su estilo pudimos darle seguimiento a otros muy buenos comunicadores, de su época recordamos a Menelio Almonte, Alejandro Sánchez, Haime Thomas, Leonardo Aguilera, Pedro Francisco Blanco, el gran Ciprimar, Fermín Polanco y otros tantos que se escapan a la memoria.
José Guillermo Sued es un hombre que se enaltece y enaltece a la clase, un ser humano que el cáncer no ha podido ni podrá doblegar, porque es un hombre de hierro, de esos que no dejan que la tristeza y la pena los doble, que bueno es saber que este ser humano sencillo, humilde y de gran y noble corazón es un hijo de Quisqueya, que ha dado muestra de avance, contribuyendo con su ejemplo a que otros dominicanos no se amilanen ante un problema como el que aqueja al gran JG.
Cuando hace unos cuantos días, buscando en Internet me encontré en la página del también magistral locutor Ramón Aníbal Ramos, con la foto de José Guillermo, pasaron por mi mente un cúmulo de cosas que me recuerdan su tiempo en ondas del Yaque, su estilo, el equipo que le acompañó siempre, recordé a Don Ramón de Luna y a Minucha con su situación mundial, por mi mente cruzó Max Rodríguez con sus picotazos, pero también el nítido Apolinar Medina Díaz quien camina por estas calles de Dios.
Recordar a José Guillermo como la máxima autoridad de la locución en Santiago es volver a dar rienda a la época, a esa época romántica, de grandes voces y de excelente dicción, de disciplina, de esfuerzo y de escuela abierta que él ayudó a construir en una generación de comunicadores que prestigiaron a toda la nación, sin vender su prestigio y su seriedad, quien al ver a José Guillermo hoy, no recuerda a Tavito Puello, a Bernardo Jermosen, a Jhonny Nouel, a Nobel Alfonso, a los muchachos de Radio Landia, a Poro Peña y sus ediciones en radio Nacional, al padre Arnaldo Bazan en Radio Libertad y a otros tantos que llegan veloz a a la memoria.
Que decir en esta hora del gran amigo y consejero que siempre ha sido José Guillermo Sued, gracias hermano, gracias por el ejemplo que nos diste ayer, que nos da hoy y que nos permite continuar recibiendo con tu fortaleza ante la adversidad del tiempo, tu vida es y será siempre la de un gran triunfador, la del hombre que siempre ha sido sencillo, la del ser humano que se engrandece cuando ayuda a los demás, pocos hoy son como tú, pero nos queda la satisfacción de que hay JG para largo y Dios te dará cada día más vigor para luchar no contra el cáncer que quiere minar tu cuerpo sino contra la adversidad de un mundo que se ha deshumanizado.
Gracias campeón, tu eres y será siempre el mejor comunicador y la más preciosa voz del primer Santiago de America.