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miércoles, 24 de abril de 2019

Hombres Rana, la vanguardia de fuego de la Guerra de Abril

Eran los soldados que estaban mejor preparados durante la Guerra de Abril. Aquella insignia del tiburón atravesado por un arpón sería el símbolo de fortaleza junto a esos uniformes negros y de camuflaje que vestirían a la soberanía de sagacidad y resistencia.
Así eran los Hombres Rana o “Comandos Navales” que, encabezados por el capitán de navío Manuel Ramón Montes Arache, y bajo las órdenes del presidente constitucionalista, coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, defenderían el retorno al poder del profesor Juan Bosch y la Constitución de 1963, y posteriormente a la Patria de la invasión militar estadounidense.
Bosch había sido derrocado el 25 de septiembre de 1963, con apenas 7 meses de gestión gubernamental, mediante un Golpe de Estado perpetrado por las Fuerzas Armadas y alentado por Estados Unidos, después que su gobierno fuera acusado de comunista.
Rápidamente se instauró un triunvirato, primero encabezado por Emilio de los Santos que renunció a raíz del fusilamiento de Manolo Tavárez Justo y sus compañeros en el levantamiento de Las Manaclas, en diciembre de ese año; y luego presidido por Donald Reid Cabral, quien agudizó la crisis económica y social del país, lo que provocó la sublevación de los cuarteles militares “16 de Agosto” y “27 de Febrero”, el 24 de abril de 1965, y finalmente su derrocamiento.
El ideólogo de la revuelta fue el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien fue sacado del país como agregado militar designado en Chile. En su lugar, el líder indiscutible pasó a ser Caamaño Deñó, quien pudo vencer a las tropas de Elías Wessin y Wessin en el Puente Duarte, provenientes de San Isidro, que se oponían al regreso de Bosch al poder.

Pero aquellas primeras victorias no hubiesen podido ser realidades sin la ayuda de los Hombres Rana, quienes luchaban con los métodos de emboscada y sabotaje, cuyas tácticas fueron aprendidas por las enseñanzas de veteranos de la Segunda Guerra Mundial que se encontraban en el país.

Sus técnicas de guerra fueron vitales para el avance de los constitucionalistas y fueron instruidas por el comandante italiano Illio Capocci, quien murió en combate durante el asalto al Palacio Nacional el 19 de mayo de 1965, junto a Fernández Domínguez, el ideólogo de la revuelta y que regresó a República Dominicana días antes. Ahí murieron también Juan Miguel Román y Euclides Morillo, entre otros.

Testimonio
Anibal López, constitucionalista y miembro de los Hombres Rana, recuerda el sacrificio y arrojo que tuvieron todos sus compañeros de combate al ponerse del lado de Caamaño y el pueblo.

“El tercer levantamiento como fuerza militar fue la Escuela de Comando de Hombres Rana de la Marina de Guerra, que nos sublevamos, y yo conjuntamente con Ramón Mauricio Villanueva, nos lanzamos al río Ozama para investigar dónde estaba el comandante Montes Arache porque a la sazón él no era nuestro titular, sino el capitán de fragata Oscar Pérez Mota, quien nos había dicho que teníamos que hallar a Montes Arache vivo o muerto por traidor; pero nosotros sabíamos que él estaba con Caamaño y nosotros estabamos de su parte”, cuenta López.

Agrega que junto a Villanueva pudo llegar al Palacio Nacional y ponerse a las órdenes de Montes Arache, líder de los Hombres Rana y de Caamaño Deñó, presidente constitucional. 

“El presidente Charles de Gaulle valoró nuestro coraje, valoró el arrojo y lo intrépido que éramos los Hombres Rana. Y no solo él, el mismo líder invasor, Bruce Palmer, nos respetaba y decía que eramos el baluarte del sacrificio”, relata López.


Montés Arache, André Riviere y otros combatientes en un momento de la Guerra de 1965. ARCHIVO

La guerra sería patria...
Luego de la caída de Reid Cabral, había ascendido al poder una gestión provisional encabezada por Rafael Molina Ureña, quien optó por acudir donde el embajador estadounidense en el país, William Tapley Bennett, para negociar una solución a la grave situación en la nación. La respuesta del diplomático cambiaría todo: “Ustedes no están en disposición de negociar sino de rendirse”...