Las frecuentes visitas de Cher al cirujano plástico para
intentar eludir lo inevitable, el paso del tiempo, acreditan sin
necesidad de que ella lo confirme que nunca ha sabido sobrellevar el
hecho de que se hace mayor.
Lo que sí resulta más curioso es que, a
diferencia de otras artistas maduras, la cantante y actriz de 70 años no
tenga ningún reparo en confesar que detesta mirarse al espejo y verse
"vieja", dándole así la espalda al movimiento que anima a las mujeres a
reivindicar su edad.
"Sencillamente no sé cómo
aceptarlo.
En realidad no quiero aceptarlo, pero es porque no sabría
cómo hacerlo. Me miro en el espejo y allí veo a una señora vieja que me
devuelve la mirada. No tengo ni idea de dónde ha salido. Si tuviera que
poner 70 velas en mi vela, me volaría la tapa de los sesos, ¿me
comprendes?", confesó la intérprete en el programa 'The Today Show'.
La obsesión de Cher con mantenerse joven no tiene nada que ver con la
vanidad que suele atormentar a las divas de su estatus, ya que en su
caso no se considera una gran admiradora del personaje que ella misma ha
construido a lo largo de más de cinco décadas en el mundo del
espectáculo.