Pionera en el acercamiento de la ciencia ficción al público de masas,
 "Star Wars" es mucho más que un simple 'producto comercial'. La saga 
galáctica de George Lucas es un mito cultural para varias generaciones, 
que ha sido examinado a la luz del feminismo, la filosofía oriental o el
 capitalismo global.
(Agencias ) 
Los seis episodios comercializados hasta hoy 
han recaudado en total más de 4.000 millones de dólares, y eso sin 
contar los réditos del mercado del DVD y el "merchandising", un terreno 
en el que Lucas también fue un visionario.
Pero parte del éxito de
 la saga radica precisamente en esa profundidad ideológica que varios 
autores analizan en el ensayo "Star Wars. Filosofía rebelde para una 
saga de culto", publicado por Errata Naturae ante el inminente estreno 
"Star Wars: The Force Awakens", dirigida por J.J Abrams.
El propio
 Lucas, en distintas entrevistas, ha admitido entre sus influencias 
filmes como "The Hidden Fortress", de Akira Kurosawa, y lecturas de 
Joseph Campbell sobre mitología, religión y el concepto del viaje del 
héroe, y que el casco y la máscara de Darth Vader, el mayor icono de la 
saga, se inspiran en el Japón feudal.
La idea de la Fuerza como 
campo de energía creado por todas las cosas vivientes, tal y como lo 
define Yoda en su entrenamiento a Luke Skywalker, tiene reminiscencias 
de lo que los taoístas llaman el "tao", una "fuerza en continuo cambio 
que siempre fluye, que puede ser fuerte y débil, controlada y 
abrumadora".
Yoda también le transmite a Luke enseñanzas de 
inspiración budista, según observa Julien R. Fielding, experta en 
estudios religiosos, como vivir siempre "en el presente" y ser 
controlado, paciente, abnegado, equilibrado y compasivo.
"El miedo
 a la pérdida un camino hacia el Lado Oscuro es", "El miedo lleva a la 
ira, la ira al odio y el odio al sufrimiento", o "La muerte, una parte 
natural de la vida es", son algunas de las frases más destacadas del 
maestro jedi.
Uno de los intereses temáticos más evidentes de la 
saga es el poder y la valorización del individuo. Tony M. Vinci, experto
 en literatura popular y editor del ensayo, desvela el viraje que da 
Lucas en este sentido desde la trilogía original, apología de la 
rebeldía individual, a la precuela, mucho más conservadora.
Esa 
transición reflejaría el profundo cambio cultural vivido en Estados 
Unidos desde los contestatarios años setenta -la primera película es de 
1977- a la década de los noventa, con el capitalismo global y el 
conformismo ya asentados.
En las tres primeras películas, las 
estructuras políticas muy organizadas (el Imperio) se identifican con el
 mal, porque destruyen al individuo, mientras que la acción individual, 
representada en Luke y sobre todo en Han Solo, simboliza el camino hacia
 el heroísmo, guiada por la intuición y la rebeldía.
Mucho se ha 
escrito, en este sentido, sobre la visión profética de Lucas, ya que el 
Imperio se ha entendido en los últimos años como alegoría de las grandes
 empresas, de EEUU como potencial mundial o de lo que paradójicamente ha
 llegado a ser la propia franquicia de Star Wars.
Sin embargo, en 
las películas de los noventa, con la democracia, prima el control 
institucional. El respaldo del "statu quo" es la principal 
responsabilidad del individuo. Anakin somete todas sus decisiones a la 
consulta del Consejo Jedi. Adiós a la rebeldía.
Hasta la Fuerza se
 institucionaliza, al servicio de una elite cultural, los jedi, que ya 
no están marginados sino que su único objetivo parece ser mantener a los
 poderosos y prevenir resistencias a la República, recuerda Vinci.
Otro terreno en el que se registra una clara involución de la trilogía original a la precuela es el del feminismo.
La
 princesa Leia (Carrie Fisher) fue en su momento un icono de una 
feminidad alternativa. Resuelta y decidida, sarcástica e incluso 
autoritaria, su osada personalidad se aleja de los estereotipos de 
cuidadora maternal o damisela inocente.
Y, lo que es más importante, señala Diana Domínguez, su osadía ni se amansa ni se castiga, como solía ser habitual en el cine.
El
 guión de "The Force Awakens", una de las películas más esperadas de los
 últimos tiempos, es guardado con máximo celo por sus responsables y 
todo lo que se sabe es que transcurrirá 30 años después del episodio 
sexto, "El Retorno del Jedi".
Los "trailers" lanzados con mucho 
cálculo por Lucasfilm dejan adivinar una estética similar a la trilogía 
original y una historia tenebrosa en la que uno de los personajes es 
arrastrado al Lado Oscuro, como ocurrió con Anakin Skywalker/Darth 
Vader.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
