Grupos conservacionistas de Nueva Zelanda acusaron a Taylor Swift de poner en riesgo una muy rara especie de ave
durante el rodaje de un video musical, pero los productores asumieron
la responsabilidad y exculparon a la cantante estadounidense.
La intérprete de "Shake it off", de 25 años, llegó esta semana a ese país para filmar un nuevo videoclip en Bethells Beach, un popular balneario cerca de la capital.