Si crees que lo que hace la
comida michoacana o el washoku japonés inmortales es su sabor, te
invitamos a que lo pienses dos veces…
Como cada año desde 2008, la Unesco elabora una lista de tradiciones procedentes de diferentes partes del mundo que conforman el patrimonio intangible de la humanidad. Y en esa selección incluye los procesos de producción de alimentos típicos.
El plato en sí mismo no es el que se lleva el honor, por muy bueno que sepa al paladar: es el proceso,
“la práctica y el arte” de prepararlo es lo que el órgano cultural de
las Naciones Unidas considera que se debe preservar para la posteridad.
En estos seis años, la Unesco ha incluido en su selección sólo nueve tradiciones culinarias.
Este año se anticipa que debutarán otras tres: el kimchi de Corea del Norte, el café árabe y la salchicha de cerdo Kranjska klobasa que Eslovenia registró como “denominacion de origen” pese a los reclamos de Austria, Croacia y Alemania.
Te invitamos a conocer los platillos que conforman la selección… pero no te garantizamos que no te dé hambre.
Comida mexicana al estilo de Michoacán
Los platos tradicionales mexicanos no entraron en la selecta lista solo por su mezcla exquisita de ingredientes, sino por ser un “modelo cultural integral”
que incluye aspectos como la agricultura tradicional, prácticas
rituales y costumbres comunitarias ancestrales, según destacó la Unesco.
La labor de colectivos de cocineras en el estado occidental de Michoacán
ayudó a impulsar la propuesta culinaria mexicana, que consiguió un
lugar en la lista en 2010.
Kimchi
El kimchi de Corea del Norte es una flamante adición a la lista, una vez que la Unesco lo confirme en su reunión anual, la próxima semana.
El plato nacional coreano es una preparación de vegetales cocidos,
principalmente repollo (col), sazonados con especies y mariscos
fermentados.
La versión de Corea del Sur ya había sido reconocida como patrimonio
intangible, porque en su preparación se mezclan tradiciones sociales de
larga data: se realiza en comunidad durante el verano, para guardar
provisiones que duren tanto como el largo y crudo invierno coreano.