A pesar de su carácter liberal, Hollywood sigue siendo una industria
donde salir del armario no está exento de riesgos, al menos para la
comunidad de actores que aún hoy se expone a que su vida privada
condicione, en alguna medida, el futuro de su carrera.
Recientemente, Matt Damon comentaba en una entrevista para el diario británico The Guardian lo inconveniente que resultaba en su gremio hablar en público sobre las preferencias sexuales de cada uno.
Para el protagonista de la saga "Bourne", cuanto menos sepa el espectador, mejor.
Recientemente, Matt Damon comentaba en una entrevista para el diario británico The Guardian lo inconveniente que resultaba en su gremio hablar en público sobre las preferencias sexuales de cada uno.
Para el protagonista de la saga "Bourne", cuanto menos sepa el espectador, mejor.
"Ya seas heterosexual o gay, la gente no debería saber nada de tu
sexualidad porque ese es uno de los misterios que deberías poder
interpretar", dijo Damon, quien en 2013 hizo de pareja homosexual de
Michael Douglas en el éxito de HBO "Behind the Candelabra" y es conocido
por sus opiniones de izquierdas.
Damon fue muy criticado por sus palabras, que se entendieron como retrógradas, y él las justificó en términos de eficacia profesional.
"Alguien dijo que yo dije que los actores homosexuales deberían volver al armario. Es doloroso que se afirmen cosas en las que uno no cree", explicó Damon el lunes en el programa de Ellen DeGeneres, famosa presentadora lesbiana pareja de la actriz Portia de Rossi.
Más allá de lo acertados o desacertados que fueran sus comentarios, estos constataron una realidad existente en una industria que, desde su creación, se ha mostrado incómoda con la homosexualidad de sus estrellas.
Durante décadas los estudios han velado para evitar que trascendieran las inclinaciones sexuales de galanes y divas temerosos de que un desliz de cama echara al traste la imagen de seductores del sexo opuesto que servía para vender películas.
Damon fue muy criticado por sus palabras, que se entendieron como retrógradas, y él las justificó en términos de eficacia profesional.
"Alguien dijo que yo dije que los actores homosexuales deberían volver al armario. Es doloroso que se afirmen cosas en las que uno no cree", explicó Damon el lunes en el programa de Ellen DeGeneres, famosa presentadora lesbiana pareja de la actriz Portia de Rossi.
Más allá de lo acertados o desacertados que fueran sus comentarios, estos constataron una realidad existente en una industria que, desde su creación, se ha mostrado incómoda con la homosexualidad de sus estrellas.
Durante décadas los estudios han velado para evitar que trascendieran las inclinaciones sexuales de galanes y divas temerosos de que un desliz de cama echara al traste la imagen de seductores del sexo opuesto que servía para vender películas.