Pastor Luis A. Reyes
Iglesua Jesucristo Fuente de Amor
C/Carmen Mendoza de Cornielle #35,
Ensanche Quisqueya, Santo Domingo
República Dominicana
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INTRODUCCIÓN
Se ha
afirmado repetidamente que la justicia es el valor moral que caracteriza en
forma especial el folklore socio-espiritual del Israel histórico, y el judaísmo
bíblico. Las declaraciones bíblicas de la justicia proviene del
hebreo TZEDEK, que es proclamada en (Dt. 16:20), la
cual dice: La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y
heredes la tierra que Jehová tu Dios te da.
La
justicia, es el atributo primordial de la acción de Dios (Gn. 18:25 y Sal.
9:5), sus mandamientos a los hombres mediante los profetas de Israel y sobre
todo del Señor Jesucristo y sus apóstoles, son esenciales para el objetivo de
establecer la justicia en el mundo (Sal. 119:137-144). Los hombres cumplen con
justicia si imitan las cualidades divinas de justicia (Dt. 13:5). La palabra de
Dios es la gran fuente de justicia a través de los valores de ese atributo
sagrado de Dios.
El
proceso de establecer la justicia en el mundo, no es cosa fácil, por causa de
la condición pecaminosa del hombre caído que actúa con injusticia, avaricia y
maldad, porque es un títere de satanás; el padre de la mentira y la
maldad, pero llegará el día que la justicia será establecida
en el mundo, en el Reino mesiánico universal cuando Jesucristo mismo gobierne
los pueblos. (Is. 11:3-5; Dt. 5:7). La ley de Moisés inicia con la justicia y
termina con la justicia (Ex. 30:19). En la Biblia justicia se considera unida
al concepto de misericordia o de gracia (Is. 45:19 y Sal. 103:17).
TZEDAKÁ:
Llegó a significar caridad o actos de amor. La noción de justificar
se expresa con los términos verdad, confianza e integridad; del
hebreo clásico Emet, Emuná, y Yober respectivamente. Los valores de
paz y de redención están asociados con la justicia, como sus componentes o
productos (Sal. 15:1), de esto se desprende que el conjunto de valores éticos
esta comprendido en el concepto de justicia.
La
justicia bíblica es esencialmente sustantiva, es decir, lo que debe ser la vida
humana. La justicia sustantiva depende de la adhesión a un valor definitivo, es
decir, mesiánico. Pensadores modernos, tales como Hernán Cobey, consideran que
la sociedad justa es la sociedad ideal de la libertad y la dignidad humana
universal.
La
opinión sustantiva de la justicia bíblica se preocupa por la completa
realización de lo humano, y sobre todo de la vida social; de esa manera cubre
todas las relaciones humanas y las instituciones sociales. El estado: la
dicotomía común entre la responsabilidad individual y la colectiva, hecho que
se ilustra comparando (Ex. 20:5 y Ez. 18), también es ilustrada (Dt. 24:16
y Lv. 19:16). En la Biblia Dios actúa a partir de los dos atributos de “justicia
y misericordia” (Sal. 101:1).
El hombre esta obligado a imitar a Dios actuando
con el principio de equidad y con misericordia (Miq. 6:8), y en la consumación
final de la historia: justicia y misericordia se identifican. Están vinculadas
a la justicia social, la ética, el respeto por la vida humana, respeto por la
dignidad de la mujer, el trabajo, el amor al prójimo, el trato digno hacia
los animales, etc.
JUSTICIA
COMO LEY MORAL
En el antiguo Israel Dios ordenó a Moisés leyes
morales, civiles y ceremoniales. Las morales son los diez mandamientos,
que el pueblo de Israel se comprometió a cumplir ante Dios (Ex. 20:1-21). Las
civiles comprendían la aplicación de justicia por jueces designados, llenos de
la sabiduría de Dios para hacer conforme a lo ordenado por Dios en lo
relacionado a situaciones de diversas naturalezas (Dt. 16:18). Por último, las
leyes ceremoniales comprendían los rituales de carácter religioso que eran
ministrados o servidos por la familia de Aarón de la tribu de Leví (Ex.
29:1-37) y libro de Levítico.
Los
jueces impartían justicia en lo que respecta a los esclavos (Ex. 21:6), en los
casos de violencia (Ex. 21:22), sobre control de los animales (Ex. 21:28-36),
sobre acciones de ladrones (Ex. 22:8-9), en casos de homicidios sin intención
(Dt. 19:1-13), homicidios no resueltos (Dt. 21:1-9), mujeres cautivas (Dt.
21:10-14), sobre los derechos de herencia de los primogénitos (Dt. 21:15-17),
inmoralidad sexual (Dt. 22:13-30), leyes sobre el divorcio (Dt. 24:1-4),
deberes matrimoniales del hermano sobreviviente (Dt. 25: 5-10), y leyes
diversas (Dt. 21:22, 22:12, 23:15:25 y 24:5, 25:4), así como sobre la ley de
testigos (Dt. 19:15-21), etc.
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
En presencia de Jetro, Moisés se sentó a juzgar a
Israel desde la mañana hasta la tarde. Cuando fue cuestionado por su suegro
Moisés dijo: cuando tienen asuntos vienen a mi, y yo juzgo entre el uno y el
otro, y declaró las ordenanzas de Dios y sus leyes. Jetro le dijo: enseña a
ellos las ordenanzas y leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y
lo que han de hacer. Además escoge tu de entre todo el pueblo varones de
virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y
ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas de cincuenta y de
diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a
ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Y oyó Moisés la voz de su suegro, e
hizo todo lo que le dijo. Escogió Moisés varones de virtud… y juzgaban al
pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban
todo asunto pequeño (Ex. 18:13-26).
y mujeres que ejercen las delicadas funciones de
jueces en cualquier nación del mundo de hoy.
Dios dijo a Moisés: jueces y oficiales pondrás en
todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales
juzgarán al pueblo con justo juicio. No tuerzas el derecho; no hagas acepción
de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios,
y pervierte las palabras de los justos. La justicia seguirás, para que vivas y
heredes la tierra que Jehová tu Dios te da. (Dt. 16:18-20).
Se
establecerían tribunales locales en todas sus ciudades. Las sentencias de estos
tribunales de primera instancia podían ser apeladas ante el alto tribunal
radicado en el santuario principal, cuyo veredicto era definitivo (Dt.
17:10-11).
También
dice: “No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo” (Ex.
22:28), significa que los representantes de la autoridad de Dios en el pueblo,
debían ser tratados con respeto y honor. En cuanto a los jueces, ayer como hoy
deben juzgar justamente, sin torcer el derecho, sin hacer acepción de personas
ni tomar soborno, porque ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras
de los justos. La demanda es hacer justicia verdadera para prolongar la vida en
la tierra, evitar la maldición y recibir las bendiciones de Dios por
generaciones.
EN LOS LIBROS HISTÓRICOS
Los
jueces eran líderes guerreros que juzgaban a Israel durante los cuatro siglos
que siguieron a la muerte de Josué, dice en Jueces 2:16; “y Jehová levantó
jueces que los librasen de mano de los que les despojaban”. En cuanto a Débora
dice: “Acostumbrada a sentarse bajo la palmera de Débora, entre
Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; los hijos de Israel subían a
ella a juicio” (Ju. 4:5). Y de Sansón dice: que juzgó a Israel veinte años (Ju.
16:31).
Dice de
Samuel que juzgó a Israel todo el tiempo que vivió (1Sa. 7:15). Los Reyes
también hacían las funciones de jueces porque el pueblo le dijo a Samuel: tú
has envejecido constitúyenos ahora un Rey que nos juzgue (1Sa. 8:5). De
David dice: que él reinó y juzgaba con justicia (1Cr. 18:14), y Salomón
pidió corazón entendido para juzgar a Israel, para discernir entre lo bueno y
lo malo (1Re. 3:9).
EN LOS SALMOS
Se dice de Dios que es juez justo (Sal. 7:11). Es
el juez; a éste humilla y a aquél enaltece (Sal. 75:7). Engrandécete, oh juez
de la tierra da el pago a los soberbios (Sal. 94:2).
EN LOS
PROFÉTICOS
En el mesianismo tardío dice Isaías: restauraré
tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te
llamarán ciudad de justicia, ciudad fiel (Is. 1:26). En tanto, que Jeremías
dice:
él es el juez de toda carne (Je. 25:31), ruge el
profeta Miqueas: para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y
el juez juzga por recompensa; el grande habla el antojo de su alma, y lo
confirman. El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal (Miq.
7:3-4). sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos
nocturnos que no dejan hueso para la mañana. Jehová en medio de ella es justo,
no hará iniquidad; de mañana sacara a luz juicio, nunca faltará; pero el
perverso no conoce la vergüenza (Sof. 3:3 y 5).
JESÚS Y
LA JUSTICIA DEL REINO
El Señor
vino a traer un nuevo Reino cuyo fundamento es el amor, la justicia,
misericordia y paz. Predicó y enseñó de la justicia del Reino de Dios. En
San Mateo proclamó: Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas (Mt. 6:33). La justicia del Reino son las
leyes, principios y valores que rigen en el Reino de Dios, o Reino de los
cielos y que tienen preponderancia con relación a la justicia de los hombres.
Jesús, nos guía a un pedestal mucho mas alto que la justicia terrenal ejercida
por hombres y mujeres que generalmente viven de espalda a Dios y viven sin su
temor. A sus discípulos dijo el Señor: si vuestra justicia no fuere mayor que
la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos (Mt.
5:20).
Aunque el
propósito de Dios era que Jesús muriera de muerte de cruz por nuestros pecados
(Hch. 2:23), los cuatro jueces que intervinieron en su juicio, dos del ámbito
religioso, Caifás y Anás, y dos del ámbito político, Poncio Pilato y Herodes
Antipas, dos lacayos de Roma, hicieron un papel vergonzoso y cobarde porque
violaron el derecho judío y el romano en un juicio plagado de vicios, fallas e
irregularidades. Ese circo de juicio es el estereotipo de la justicia de los
hombres marcada por los intereses políticos, económicos, de posiciones de
poder en la sociedad y de celos religiosos. Todo deriva en que Jesús es el gran
inocente de la historia, condenado por la manipulación de dos mafias, la
religiosa y la política en procura de defender sus intereses. Ayer como hoy se
condena al inocente y se declara inocente al culpable. Se vive el relativismo
de la justicia en pleno siglo XXI. Es una vergüenza acuciante que glorifica la
miseria humana.
En el
caso del apóstol Pablo, por causa del evangelio tuvo que comparecer ante
tribunales judíos y romanos. Presentó él mismo su defensa como abogado con el
privilegio de la época, ser “ciudadano romano”. Compareció ante el sanedrín en
Jerusalén (Hch. 22:30, 23:10). Ante Félix, el gobernador romano de Judea, en la
ciudad de Cesárea. Fue acusado de sedición por un abogado lacayo del sanedrín
(Hch. 23:23-25 y 24: 1-27). Este Félix, era un juez corrupto porque mantenía a
Pablo preso esperando que el apóstol le diera dinero para soltarlo, por lo cual
lo hacia venir muchas veces, y hablaba con él. (Hch. 24:25-26). Claro, que el
apóstol Pablo no le dio ni la hora a ese juez corrupto.
En el capítulo 25 Pablo apeló a Cesar, ejerciendo
su derecho como ciudadano romano, no obstante fue escuchado por el Rey Agripa
I, nieto de Herodes, y Festo el gobernador romano que sustituyó a Félix. En
Roma no se conocieron cargos contra Pablo porque no llegaron los acusadores ni
los cargos contra él. El Señor usó la ciudadanía romana de Pablo para alejarlo
de jueces injustos en la Judea de entonces (Hch. 28:17-21).
EL PODER JUDICIAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
El Poder Judicial. Es uno de los tres poderes
del estado. Su función consiste en administrar justicia de forma gratuita, para
decidir sobre los conflictos entre personas físicas o morales, en derecho
privado o público, todo tipo de procesos. Juzgando y haciendo ejecutar lo
juzgado. Su ejercicio corresponde a los tribunales y juzgados determinados por
la ley.
El Consejo Nacional De La Magistratura. Es el
órgano constitucional encargado de designar los jueces de la Suprema Corte de
Justicia. Esta llamado a realizar las evaluaciones de desempeño de los jueces
de la Suprema Corte de Justicia al cabo de 7 años a partir de su elección.
Separar jueces; en los casos en que el CNM decidiere la pertinencia de separa
un juez de su cargo, deberá sustentar su decisión en los motivos contenidos en
la ley que rige la materia.
Composición: 1.presidente de la República, quien lo
preside. 2.el Presidente del Senado de la República. 3. Un senador o senadora
escogido por el Senado que pertenezca al partido o bloque de partidos diferente
al del Presidente del Senado y que ostente la representación de la segunda
mayoría. 4.el Presidente de la Cámara de Diputados. 5. Un diputado o diputada
que pertenezca al partido o bloque de partidos diferente al del Presidente de
la Cámara de Diputados y que ostente la representación de la segunda mayoría.
6. El Presidente de la Suprema Corte de Justicia. 7. Un juez de la Suprema
Corte de Justicia. 8. El procurador General de la República.
Requisitos Para Ser Juez De La Suprema Corte De
Justicia. Ser dominicano ó dominicana de nacimiento u origen, y tener
más de 35 años de edad. Hallarse en pleno ejercicio de los derechos civiles y
políticos. Haber ejercido durante por lo menos 12 años la profesión de abogado,
la docencia universitaria del derecho o haber desempeñado, por igual tiempo las
funciones de juez dentro del Poder Judicial o de representantes del Ministerio
Público. Estos periodos podrán acumularse.
REFLEXIÓN FINAL
Los
cristianos sinceros debemos de luchar activamente para que el poder judicial de
la República Dominicana y américa latina cumpla con el sagrado deber frente a
Dios, el pueblo y las leyes, de impartir justicia de manera transparente sin
tener vacas sagradas, ya que todos somos iguales ante la ley.
Estamos
consciente que mientras estemos en este mundo habrán jueces corruptos y
complacientes, que a lo malo le dicen bueno, y a lo bueno le dicen malo; que
hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz, que ponen lo amargo por
dulce, y lo dulce por amargo. (Is. 5:20). Seguiremos luchando para que esos
demonios no tengan espacio en los tribunales de la República Dominicana y
Latinoamérica Tenemos la esperanza viva de que la justicia será ideal en el
Reino universal del Mesías. Dice el profeta que dispondrá y confirmará su Reino
en juicio y justicia (Is. 9:7). y será la justicia cinto de sus lomos, y la
fidelidad ceñidor de su cintura (Is. 11:5).
Hago un llamado a voz en cuello a todos aquellos
que aman la justicia para que se unan a Jesucristo, el Señor de la justicia y
la paz, y se hagan cristianos profesantes mediante la limpieza del pecado en su
sangre purísima, a fin de disfrutar de su presencia en este mundo, su