La revolucionaria aplicación tecnológica conocida
como Uber llegó a Santo Domingo y se está imponiendo como una adecuada
opción en el transporte de pasajeros en muchas capitales del mundo,
entre las que figuran Barranquilla, Brasilia, Panamá, Lima, Río de
Janeiro, Sao Paulo, Bogotá, Costa Rica, Medellín y Santiago de Chile.
A través de ella, y por vía de los teléfonos inteligentes, un usuario
puede solicitar los servicios de un taxi y hasta minibuses para que lo
recoja en su residencia o cualquier otro lugar y lo lleve a su destino.
La aplicación permite identificar cuál es el vehículo que está más cerca
de quien lo solicite.
Los sindicatos de choferes de muchas ciudades, por ejemplo en países
suramericanos, se han opuesto a este servicio, porque, según alegan les
rompe el control que han tenido en los sistemas de transporte público.
Los promotores de la aplicación aseguran a su vez, que desnuda todas las
deficiencias y riesgos de los que brindan el servicio.
La aplicación se descarga de manera gratuita y funciona en más de 60 países.