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En Puerto Rico la miseria se agrava para los que no pueden irse
La mayoría de las mesas están
vacías en la cafetería de Walter Martin en el distrito colonial de San
Juan. Él tiene el ceño fruncido, y sudor en la frente en la calurosa
mañana caribeña.
Martin ha apagado el aire
acondicionado para bajar su factura de electricidad. Como tiene menos
clientes, ha reducido las horas de su personal y trata de compensar los
ingresos perdidos subiendo algunos precios. Pero la arraigada crisis
económica de Puerto Rico hace que la gente recorte sus gastos personales
a lo imprescindible o se vaya al continente para buscar trabajo, lo que
agrava los problemas para los que se quedan en la isla.
Tras casi una década de
profunda crisis económica, Puerto Rico no está más cerca de salir, y de
hecho se espera que caiga más. La tasa de desempleo supera el 12%. Unas
144.000 personas abandonaron el territorio estadounidense entre 2010 y
2013, y en torno a un tercio de los nacidos en Puerto Rico viven ahora
en el continente. En medio del éxodo escuelas y negocios han cerrado. Se
espera que para 2050, la población de 3,5 millones de personas caiga a 3
millones.