El pasado 16 de octubre de 2012, Thalia y tres de sus hermanas se llevaron un gran disgusto. Su abuela Eva Mange Márquez, de 94 años de edad, demandó a sus nietas
solicitándoles el pago de una pensión alimenticia.
La abuela de la
cantante mexicana presenta desde hace tiempo varias deficiencias
físicas: osteoporosis y las secuelas de una fractura que sufrió, hace
unos meses, en su cadera derecha y por la que tuvo que ser operada. Esto
le ha provocado estar inhabilitada para valerse por sí misma y tener
que depender de una enfermera durante 24 horas al día.
Durante
los últimos años, la anciana vivía con su hija, Yolanda, en un dúplex
de México donde no le faltaba de nada. Hasta el punto que la abuela de
la artista decidió vender la única propiedad que tenía: un apartamento
valorado en 125.000 pesos.
Una vez que recibió el dinero, se lo entregó a
su hija para que lo invirtiera y no se devaluara. Pero, por desgracia,
la abuela de Thalia perdió a su única hija en mayo 2011 y ahí comenzarían los problemas con sus nietas.
Tal y como aparece en la demanda a la que ha tenido acceso Vanitatis,
“durante el velatorio de mi hija se dieron una serie de sucesos que me
causaron impacto y que acepté para tener el cariño de mis nietas. No
puede hacer objeción alguna en la decisión que tomaron de enterrar a su
madre en Nueva York”.
Desde esa
tragedia, la única de sus nietas que le ofreció a la anciana su casa
para vivir fue Laura Zapata, que no está demandada. “Mis nietas me
manifestaron que si quería vivir tres meses con cada una de ellas, lo
que obviamente no acepté ya que conozco su manera de ser.
Todas mis
nietas se comprometieron a seguir cubriendo mi manutención, ya que
conocían perfectamente que era dependiente económicamente de mi hija, acordando éstas que cada una daría la cantidad de 5.000 pesos”, según afirma Eva Mange en la demanda.