Por Miguel Angel Herrera
Desde que iniciamos en el periodismo
escrito en la revista SCALA , hace ya bastante tiempo hemos conocido a lo largo
de este tiempo de experiencia, todo lo que se vende como espectáculo, se limpia
como espectáculo o es un espectáculo en sí.
Durante la época de gloria del merengue
en los años 80, muchos fueron los viajes que realizamos a todos los puntos del territorio
de los Estados Unidos donde el ritmo tenía seguidores y adeptos.
Muchas fueron las orquestas que
vimos nacer y perecer, porque o no estaban sustentadas en la calidad o estaban
financiadas por algo más que “espectáculo”
Es de esa manera que sin tener
enemigos, nos codeamos con todo el mundo sin distinción de su dinero o de la
procedencia del mismo…hacíamos el trabajo periodístico y más nada.
Al paso del tiempo muchos de esos empresarios
artísticos, desaparecieron del medio y no nos preocupamos en lo mass mínimo por
saber el porque de su ausencia.Han llegado muchos nuevos y cada cual viene con
su librito nuevo.
Sin embargo hemos visto como en el país
el espectáculo y muchos de sus empresarios se las cantan y se las lloran al
mismo tiempo.
No entiendo (Y quizás esté
desfasado), después de presentarse tanto en el Estadio Quisqueya como en el Olímpico,
el mismo dia y en el mismo horario, dos eventos que por poco se llenan a toda
capacidad, se pretenda ahora imponer nuevos records, pero en el monstruo que es
el Olímpico.
Ahí vemos visto a muchos de los internacionales
“caerse” por el estadio les quedó grande.
Para finales del mes de noviembre un espectáculo.A mediados de diciembre otro espectáculo
en el mismo Estadio Olímpico.
En el intermedio de esos dos grandes
eventos, la presentación de artistas en el Teatro Nacional, La Fiesta del Hotel
Jaragua y el Palacio de los Deportes en la capital.
¿Y el público es el mismo…?
Es posible que no lo sea…pero hay
que calcular que cerca de 100 mil personas…léase bien 100 mil personas deben
movilizarse y pagar para ver los eventos.
Si el público los respalda a todos…amén
para los empresarios…
De lo que pueden estar seguros los
empresarios es que el pastel publicitario está totalmente agotado y ellos tendrán
que ingeniárselas con los multimillonarios gastos en estos eventos.
Si todos triunfan sería excelente, así
se demostraría que en este país no hay ninguna crisis, si fracasan no
entendieron el código de la situación.
Y cuando finalizaba estas líneas me
informaron que el espectáculo de Anthony Romeo Santos en vez de una presentación,
serian dos dias consecutivos en el Estadio Olímpico.
Los éxitos en los eventos se promocionan en la prensa,
pero los fracasos se justifican con notas donde nunca se menciona la cantidad
de personas que asistieron, porque el empresario paga las Relaciones Públicas
para que no se diga la verdad.
Aparentemente hay muchas cabezas….pero
no creo que tantos sombreros para cubrirlas…