El crucero encallado en el mar Tirreno se movió por primera vez el lunes. La nueva deriva que ha sufrido este miércoles ha disuadido a la Marina para seguir haciendo aperturas en el buque, por medio de explosivos, para buscar otros cuerpos.
La intención de la fuerza militar era la de acceder al puente 4, donde se cree que se encontraría a alguno de los pasajeros desaparecidos, que son 24, según la mayor parte de la prensa italiana, y 40, según el diario La Stampa.
Hasta ahora, la Marina había conseguido abrirse paso a 18 metros de profundidad, cerca del puente 4 de la nave, el que lleva al área donde este martes fueron encontrados cinco cuerpos.
Todavía hay ocho personas que continúan ingresadas en el hospital, entre ellas, el cocinero del crucero, originario de Bangladesh, que ha sido operado en Siena, por una lesión en la espalda, que podría dejarlo paralítico.
Hasta ahora se han recuperado 11 cuerpos (según La Stampa se había localizado otro más, pero no había sido posible recuperarlo hasta el momento). El capitán del crucero, Francesco Schettino, será sometido a exámenes toxicológicos.