Al parecer muchas figuras públicas no han entendido lo que representa ser un individuo conocido y que goza de cierta popularidad dentro del ambiente artístico o los medios de difusión.
Da mucha pena que comunicadores y artistas se expongan sin ningún reparo ni preocupación en ventilar sus intimidades para que todo el mundo se entere de sus vicios, conflictos, manías, chantajes, intercambios y doble vida que muchas veces llevan.
Lamentablemente hemos iniciado el 2012 con muchos enfrentamientos, chismes y complicaciones, no sólo con nuestras figuras locales, sino también en el ambiente internacional, el cual está más encendido que nunca.
Más que una reclamación a los hechos que han acontecido en esta semana, es un llamado para que los famosos tengan un cuidado especial y un tratamiento más discreto en su accionar y vida cotidiana.
Es triste ver como a través de las páginas digitales, los periódicos y la televisión se ventilan cifras, regalos cuantiosos, sexo por dinero, presentadoras vendiéndose al mejor postor y pleitos entre mujeres celosas.
Que mal ejemplo estamos dando a los que apostamos a los valores, a los que recurrimos a los programas de televisión en busca de información y entretenimiento, pero sobre todo a las nuevas geraciones que van surgiendo y que muchas veces tienen como paradigma a esas figuras públicas, que cada día nos decepcionan más.
Se hace urgente una revisión de las figuras que tenemos como líderes e ídolos, ya que muchas de estas no están cumpliendo con el propósito de sumarnos conocimientos, sino todo lo contrario, nos restan y nos llenan de verguenza.
Da mucha pena que comunicadores y artistas se expongan sin ningún reparo ni preocupación en ventilar sus intimidades para que todo el mundo se entere de sus vicios, conflictos, manías, chantajes, intercambios y doble vida que muchas veces llevan.
Lamentablemente hemos iniciado el 2012 con muchos enfrentamientos, chismes y complicaciones, no sólo con nuestras figuras locales, sino también en el ambiente internacional, el cual está más encendido que nunca.
Más que una reclamación a los hechos que han acontecido en esta semana, es un llamado para que los famosos tengan un cuidado especial y un tratamiento más discreto en su accionar y vida cotidiana.
Es triste ver como a través de las páginas digitales, los periódicos y la televisión se ventilan cifras, regalos cuantiosos, sexo por dinero, presentadoras vendiéndose al mejor postor y pleitos entre mujeres celosas.
Que mal ejemplo estamos dando a los que apostamos a los valores, a los que recurrimos a los programas de televisión en busca de información y entretenimiento, pero sobre todo a las nuevas geraciones que van surgiendo y que muchas veces tienen como paradigma a esas figuras públicas, que cada día nos decepcionan más.
Se hace urgente una revisión de las figuras que tenemos como líderes e ídolos, ya que muchas de estas no están cumpliendo con el propósito de sumarnos conocimientos, sino todo lo contrario, nos restan y nos llenan de verguenza.
Por:Marilyn Ventura
Periodista/Lainformacion