Sin duda, uno de los momentos que serán más recordados de la gala de los 75º Globos de Oro, celebrados ayer en Los Ángeles, ha sido la emotiva aparición, en silla de ruedas y a sus 101 años, de la última gran estrella viva del Hollywood dorado, Kirk Douglas. Su presencia en el escenario del hotel Beverly Hilton, con todo el auditorio puesto en pie aplaudiéndole, ha servido para rendirle un homenaje más.
El protagonista de películas como Senderos de gloria o Espartaco ha presentado, junto a su nuera, la actriz Catherine Zeta-Jones, el premio a Mejor guion de una película.
Zeta-Jones aprovechó la ocasión para subrayar que Kirk Douglas fue una figura clave en Hollywood para acabar con las listas negras, como la que por ejemplo ejerció el macarthismo, al contratar al novelista Dalton Trumbo, perseguido por comunista, para escribir Espartaco y hacer que el nombre de este guionista apareciera en los créditos.
A estas palabras, Douglas, con evidente dificultad, añadió que Zeta Jones ya lo había dicho todo y que no era necesario pronunciar el discurso que había preparado.
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