¿Que se ve?
Que la oferta de espectáculos, bailes y presentaciones es cada día más diversa, llegando en algunos fines de semana, a superar las de Santiago de Chile, Caracas o San Juan de Puerto Rico para citar ejemplos.
Pero estas ofertas son todas exitosas, ya que lo ofertado es de primera fila y el público asiste. Llena los locales y muchas veces se devuelve gente de las puertas de los locales.
¿Qué se oye?
Que manos poderosas se están moviendo en el mundo del espectáculo y que igual que en otras aéreas de las actividades económicas, dinero “no beatificado” fluye por millones para sustentar una empresa que demuestra su debilidad por la crisis económica que se apodera del mundo
Quizá en nuestro caso las ofertas de espectáculos, tienen una magia que muy difícilmente se verifique en otras latitudes del mundo.
¿Qué se dice?
Que en realidad el espectáculo está muy bien. Y que los despachos de acuciosos periodista de la ciudad de Santiago como el caso de Domingo Saint Hilarie, no son más que “escándalos” sin trascendencia.
Sin embargo el trabajo que desarrolla este acucioso comunicador de la región norte trae otro mensaje cuando de forma seria y responsable lo escribe casi todos los fines de semana.
Dos podrían ser las lecturas. O Saint Hilaire esta divorciado de la realidad (Cosa que dudamos mucho, porque es un trabajador de 24 horas).
O sus trabajos le crean “ronchas” a alguien.
Si la cartelera que se oferta en Santo Domingo y Santiago no está sostenida por narco-dólares, entonces hemos dicho muchas mentiras en esa dirección.
Lo realmente sorprendente del caso es que empresarios de probada seriedad acumulada durante muchos años, no pondrían su honestidad en manos del narcotráfico.
Quién tiene la razón ¿?.
Creemos firmemente en que el negocio del espectáculo es bueno, porque quienes están detrás son honestos. Y creemos que es malo, porque hay muchos deshonestos en el medio.
Pero de que el espectáculo en el país es un fenómeno, no cabe la menor duda.