¿ES RENTABLE EL OPTIMISMO?

Por José Ramón Martínez Burgos

Es necesario hacer que las actuaciones públicas se correspondan con el momento propio que se encuentra la dinámica propia de nuestra economía para, que, sea capaz de generar más empleos y que la sociedad civil cohesionada, denuncie los artificios de los políticos. Si algo se ha puesto en evidencia en esta crisis es que los gobiernos ni deben ni pueden permanecer inactivos, para esto, es necesario desenmascarar los políticos egoístas, que sólo piensan en enriquecerse.

Si los políticos del patio fueran serios, ahora podríamos empezar un periodo de estabilidad o tal vez una recuperación, por tanto, necesitamos una nueva corriente de ciudadanos interesados por el bien del país, que maneje futuro el rumbo de la nación.

Para consolidar nuestra economía el gobierno debe canalizar nuevos recursos para la industria de la construcción privada, que es el motor y principal dinámica del empleo. Porque sin promotores vigorosos, la economía decrece, por tanto hay que reducir las tasas de interés del Banco Nacional de la vivienda y se reactivarán las compras de nuevas unidades.

Evitemos, no importa lo que cueste, que nuestro sistema financiero toque fondo. El país no resistiría un descalabro, nuestra estructura política es muy sensible, además, débil y la irritación del pueblo crece cada día más y la inflación subyacente no ha dejado de ser peligrosa, ya que los precios de petróleo pueden seguir subiendo más y hay que hacer esfuerzos si queremos ver la luz del túnel ya que el optimismo no es rentable.

jrmartinezbur@codetel.net.do