Por Miguel Angel Herrera
La conducta delictuosa que viene exhibiendo de un tiempo a esta parte mamberos, presentadoras de televisión y raperos dominicanos, es como para sentir “vergüenza “por los espectáculos deprimentes que presentan y representan cada día.
Sería como la representación de los antivalores que prevalecen en la sociedad, con la única diferencia que no vienen ligados a la “galopante corrupción “que en todos los aspectos vive nuestro país.
Per o es mas “vergonzoso “que gente del medio sea señalada por su presencia ine
Y las acusaciones de “falsificación de documentos”, atribuida a dos animadoras de television (OJALA ESTO NO SEA MÁS QUE UN SAINETE….un sainete es una pieza dramática jocosa, en un acto, y normalmente, de carácter popular, que se representaba como intermedio de una función o al final), en situaciones altamente custionables.
Y qué decir del constante combate en que los “mamberos” sin negar su procedencia barrial paupérrima, no respeten ni a las mujeres ni el status que le ha brindado la vida, llevándolos a la sala principal del Teatro Nacional, rompiendo esquemas culturales y barreras sociales. Y ellos sin asimilar el éxito descargan con su furia salvaje sobre indefensas mujeres que le han brindado compañía en momentos difíciles de su existencia.
Y qué decir de la participación narcótica (denunciada valientemente por periodistas con acrisolada responsabilidad) en el negocio.
El último ejemplo fue el de un rapero sorprendido en plena acción delictiva y puesto en libertad con la celeridad con que “festivamente” se tratan estos casos por parte de una justicia que aparentemente lleva una venda para no bailar en la fiesta.