Existe una buena posibilidad de que el coronavirus nunca desaparezca, incluso con una vacuna. Los expertos dicen que probablemente permanecerá en las próximas décadas, circulando entre la población mundial y convirtiéndose en "endémica", como el sarampión, el VIH y la varicela.
"Este virus llegó para quedarse", dijo un biólogo. "La pregunta es, ¿cómo vivimos con seguridad?" Los expertos en epidemiología, planificación de desastres y desarrollo de vacunas dicen que aceptar que la realidad es crucial para la próxima fase de la respuesta pandémica de Estados Unidos. Lea cómo creen que la vida podría cambiar en un mundo donde este coronavirus está aquí para quedarse.
Un tercio de los estadounidenses muestran signos de ansiedad o depresión clínica, que es un gran salto antes de la pandemia . Las tasas de ansiedad y depresión fueron mucho más altas entre los adultos más jóvenes, las mujeres y los pobres, lo que sugiere que la disminución de la salud mental podría deberse más a la lucha financiera que al virus en sí. Incluso antes de la pandemia, la atención de la salud mental en los EE. UU. Ya no contaba con fondos suficientes, pero casi ninguno de los fondos de coronavirus de emergencia aprobados por el Congreso se ha destinado a programas y clínicas de salud mental.
A principios de 2019, los millennials se convirtieron en la generación más grande de la fuerza laboral de tiempo completo de esta nación. Pero la crisis del coronavirus los aplastó. Incluso sin la crisis actual, el milenio promedio ha experimentado un crecimiento económico más lento que cualquier otra generación en la historia de los Estados Unidos , y soportarán las cicatrices económicas el resto de sus vidas, en forma de menores ganancias, menor riqueza e hitos retrasados, como propiedad de la vivienda .
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El brote ha debilitado el sistema de atención médica de México, y ahora pequeños hospitales comunitarios en el sur de California se están inundando con ciudadanos o residentes estadounidenses que cruzan la frontera para recibir tratamiento . Son jubilados y ciudadanos con doble nacionalidad, estadounidenses que trabajan en México o visitan a familiares allí. Aproximadamente la mitad de los pacientes con coronavirus en varios hospitales fronterizos de California, que son algunos de los más subfinanciados en el estado, son recién llegados de México.
Las escuelas públicas en los Estados Unidos enfrentan una caída con el aumento de los costos y mucha menos financiación. Los estudiantes que se quedaron atrás esta primavera requerirán ayuda adicional; los niños que perdieron familiares o sufrieron traumas necesitarán consejeros; Se necesitarán nuevos procedimientos costosos para evitar que el virus se propague entre los niños como los incendios forestales. A medida que las escuelas hacen planes para mantener a los estudiantes seguros y en buen camino, sus fondos se recortan.
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"A medida que reabrimos, ¿corremos el riesgo de ver un aumento en otras enfermedades o infecciones, como resfriados y gripes, ya que no hemos estado expuestos a los virus y bacterias de otras personas durante varios meses mientras nos distanciamos socialmente?" —Steven en Michigan
Todavía se desconoce si veremos un aumento por encima de los niveles normales para enfermedades como los resfriados y la gripe, pero dado que ambas tienden a ser enfermedades de otoño e invierno, es probable que no veamos grandes brotes en los meses de verano. A medida que se vuelven a abrir los estados, la propagación del coronavirus sigue siendo nuestro mayor problema.
A pesar de que los médicos no han hecho sonar ninguna alarma sobre el resfriado o la gripe, han expresado inquietudes importantes sobre otros problemas no relacionados con el coronavirus: personas que han estado enfermas pero que tienen demasiado miedo de buscar atención, el aumento de la depresión y la ansiedad y la disminución de las vacunas infantiles .
Como informó The Post, muchos médicos creen que la pandemia ha producido una subepidemia silenciosa de personas que necesitan atención pero tienen demasiado miedo de recibirla . Incluyen personas con apéndices inflamados, vesículas biliar infectadas y obstrucciones intestinales, y más ominosamente, dolores en el pecho y síntomas de accidente cerebrovascular.
"Todos tienen miedo de ir a la sala de emergencias", dijo el cirujano cardiovascular del Monte Sinaí John Puskas.
Como mencioné en la parte superior de este boletín, un tercio de los estadounidenses están mostrando signos de ansiedad o depresión clínica , lo cual es una señal alarmante del costo psicológico de la pandemia y un gran salto antes del coronavirus. Los estudios también han demostrado que la mala salud mental y el aislamiento pueden afectar su sistema inmunológico.
Y la semana pasada, los CDC informaron que es mucho menos probable que los niños reciban sus vacunas en este momento , porque los padres no los llevan a sus citas regulares para niños sanos. Los investigadores evaluaron la cantidad de niños que fueron vacunados en Michigan y descubrieron que la disminución fue en todas las edades.
El estudio señaló que si la tasa de vacunación contra el sarampión disminuye por debajo del 90 al 95 por ciento de la población (el nivel necesario para establecer la inmunidad del rebaño), puede ocurrir un brote.
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