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domingo, 10 de julio de 2016

Oposición callejera aleja su camino


César Medina / Especial para LISTÍN DIARIO
Ciudad de Panamá
La oposición callejera que preconizan los grupos derrotados en las pasadas elecciones anticipa un período de turbulencia política que redefinirá el futuro electoral dominicano a partir de que semejante anacronismo descartará en el camino las opciones beligerantes que se niegan a aceptar lo que Peña Gómez llamó en su momento “regla de oro de la democracia: el imperio de la mayoría”.

El sectarismo irracional y los resabios de una derrota que se conocía con mucho tiempo de antelación, ha comenzado incluso a erosionar la unidad interna en el Partido Revolucionario Moderno porque un sector de esa formación que encabeza el ex presidente Hipólito Mejía se opone abiertamente al fundamentalismo de Luis Abinader y sus seguidores.

Incluso, el nuevo formato de oposición radical que estrenan ahora los regentes de las siglas del partido de Balaguer anticipa también una “división de la división” --como si le faltaran más--, a una formación devenida bisagra que en 2020 cumplirá doce años sin presentar candidaturas propias y en posición pendular saltando de brazos en brazos entre el PRD y el PLD, dependiendo del que ofrezca mayores ventajas personales.

El Partido Revolucionario Dominicano, aliado ahora del gobierno de Danilo Medina, buscará abrirse espacio fuera del radicalismo opositor, y es casi seguro que se vea compelido a propiciar un reencuentro con los más moderados dirigentes que se marcharon en el proceso pasado hacia el PRM, en particular con el propio Hipólito Mejía y la mayoría de sus seguidores si se le garantiza una cuota determinante en el próximo proceso.


... El PRD baraja opciones
El PRD entrará en fase crítica a partir de la segunda mitad de agosto cuando confirme sus preocupaciones actuales: el Presidente Medina no podrá darle la participación que aspira y que cree merecer en el próximo gobierno ni siquiera en los términos concebidos en el pacto de alianza de las elecciones pasadas.

Las quejas han comenzado a expresarse por anticipado porque el Presidente Medina no da señales de apertura a las aspiraciones perredeistas, y aunque falta poco más de un mes para la jura del nuevo gobierno, fuera de los compromisos puntuales asumidos por el propio Presidente en términos casi personales, no se ven indicios claros que hagan pensar que muchos dirigentes de ese partido entrarán a la burocracia estatal.

Esa situación replanteará con profundidad las escasas alternativas que le quedarían al viejo partido del buey: deberá abocarse a escoger con mucho tiempo de antelación el retorno de Hipólito y sus seguidores, que obviamente pondría como condición innegociable pasar a controlar el partido y la seguridad de que sería determinante en la escogencia de su próximo candidato presidencial, que sería él mismo como primera opción, o su hija Carolina en segunda instancia.

Ese aparente salto de cabriola tiene mucho sentido en los dos escenarios siguientes, a): que Miguel Vargas pase a una posición ministerial dejando el descontento interno en las filas perredeistas porque pocos de sus compañeros tengan similar suerte; y b): que se acentúen las diferencias internas en el PRM por la errática conducción volátil, imprudente y levantisca de Luis Abinader con la que Mejía está en total desacuerdo.

Escenario ideal de Mejía
Con tantos años fuera del poder, resulta lógico que los perredeistas aspiren a participar en el gobierno, desde los más altos dirigentes hasta los más humildes militantes. Pero en un gobierno del PLD que concurrió aliado a otras 13 organizaciones, eso no es posible ni siquiera mínimamente, lo que anticipa que sus expectativas no quedarán satisfechas y que ello conllevará descontentos que incidirán en su futuro inmediato.

Hipólito Mejía sigue teniendo alta incidencia en el perredeismo histórico no sólo porque fue presidente de la República, candidato vicepresidencial de Peña Gómez y tres veces candidato presidencial, sino porque de hecho tiene una avanzada importante de gente que regresó a propósito de las pasadas elecciones cuando “perdió” la convención del PRM.

El más connotados de ellos es el ingeniero Héctor Guzmán, pero a nivel nacional hay seguidores de Mejía insertados en el PRD , particularmente en la región Nordeste, en Santiago, en la Línea Noroeste y en las seccionales del exterior como Nueva York y Europa. Probablemente Mejía tenga en este momento más seguidores dentro del PRD que en el propio PRM.

Más aún, entre los miembros del PRD que permanecieron en ese partido al momento de la división, Hipólito no tiene tanto rechazo como Abinader, ni siquiera del propio Miguel Vargas que deberá pensar seriamente en agenciarse un puente de plata para una salida honorable a la transferencia de un liderazgo que en cierto modo ha sido traumático más para él que para su partido.

¿Y entonces el PRM?
En el Partido Revolucionario Moderno se producirá el proceso de chiquitismo a que lo condena su conducción agresiva y poco inteligente aplicando métodos superados hace años de rebeldía y confrontación callejeras que antes que debilitar al gobierno fortalece la imagen del Presidente Danilo Medina. Abinader se irá quedando cada vez más solo en la misma medida en que una opción opositora apunte hacia Hipólito Mejía.

Sus siglas no tendrán la relevancia que le auguran algunos de los dirigentes que acompañan a Abinader en esta aventura casi sediciosa y de rebeldía desaforada, sobre todo después que se produzca el proyectado desprendimiento del sector que reniega del apandillamiento injustificado por insensato y anacrónico. De hecho, sus aliados electorales se han percatado de que actitud tan volátil ocultan al niñato consentido en rabieta por juguete nuevo.

La fractura del PRM es previsible incluso en las actuales circunstancias de resaca por la derrota electoralÖ ¿Ha visto alguien a Hipólito Mejía acompañar a Luis Abinader en sus últimas apariciones públicas para asumir sus actitudes díscolas con las instituciones nacionales? ¿Se le vio en la conferencia donde anunció que los legisladores electos de su partido no irían a retirar los certificados de elección el pasado jueves?

Una pregunta con mayor vigencia todavía: ¿Ha visto alguien a la ex candidata Vicepresidencial, señora Carolina Mejía de Garrigó, acompañando a Abinader en sus últimas rabietasÖ?

… EL CASO DEL PRSC
El caso del Partido Reformista y de su presidente, Federico Antún Batlle, llegará en los próximos días al Tribunal Superior Electoral que conocerá la “expulsión sumaria” de más de cien dirigentes que se manifestaron en desacuerdo con su pacto de alianza con Luis Abinader y el PPRM en las pasadas elecciones.

A partir de la experiencia por casos similares tanto en el reformismo como en otras formaciones partidarias, la decisión del TSE será la de acoger la solicitud de los reclamantes porque en su expulsión no se llenaron “los debidos procedimientos estatutarios”.

A partir de entonces se prevé otra lucha aún más larga y traumática por la representación legal del PRSC, el partido creado por Balaguer en el año 1964 que dominó escenario electoral por más de tres décadas y que a su muerte devino en agrupación minoritaria que necesita el oxígeno gubernamental para sobrevivir aparcelado en medio de la tirantez de sus dirigentes por migajas del poder.

Este tramo, sin embargo, se proyecta como el más difícil por la errática conducción de Antún que asume ahora una confrontación visceral hacia el gobierno del Presidente Medina y contra el PLD después de 20 años “de alianza societaria”, como le llamó en una ocasión su legendario dirigente Jacinto PeynadoÖ
“Ö Pero cabeza dura al fin, no se rinde”.