La oposición callejera que preconizan los grupos
derrotados en las pasadas elecciones anticipa un período de turbulencia
política que redefinirá el futuro electoral dominicano a partir de que
semejante anacronismo descartará en el camino las opciones beligerantes
que se niegan a aceptar lo que Peña Gómez llamó en su momento “regla de
oro de la democracia: el imperio de la mayoría”.
El sectarismo irracional y los resabios de una derrota que se conocía
con mucho tiempo de antelación, ha comenzado incluso a erosionar la
unidad interna en el Partido Revolucionario Moderno porque un sector de
esa formación que encabeza el ex presidente Hipólito Mejía se opone
abiertamente al fundamentalismo de Luis Abinader y sus seguidores.
Incluso, el nuevo formato de oposición radical que estrenan ahora los
regentes de las siglas del partido de Balaguer anticipa también una
“división de la división” --como si le faltaran más--, a una formación
devenida bisagra que en 2020 cumplirá doce años sin presentar
candidaturas propias y en posición pendular saltando de brazos en brazos
entre el PRD y el PLD, dependiendo del que ofrezca mayores ventajas
personales.
El Partido Revolucionario Dominicano, aliado ahora del gobierno de
Danilo Medina, buscará abrirse espacio fuera del radicalismo opositor, y
es casi seguro que se vea compelido a propiciar un reencuentro con los
más moderados dirigentes que se marcharon en el proceso pasado hacia el
PRM, en particular con el propio Hipólito Mejía y la mayoría de sus
seguidores si se le garantiza una cuota determinante en el próximo
proceso.
... El PRD baraja opciones
El PRD entrará en fase crítica a partir de la segunda mitad de agosto cuando confirme sus preocupaciones actuales: el Presidente Medina no podrá darle la participación que aspira y que cree merecer en el próximo gobierno ni siquiera en los términos concebidos en el pacto de alianza de las elecciones pasadas.
El PRD entrará en fase crítica a partir de la segunda mitad de agosto cuando confirme sus preocupaciones actuales: el Presidente Medina no podrá darle la participación que aspira y que cree merecer en el próximo gobierno ni siquiera en los términos concebidos en el pacto de alianza de las elecciones pasadas.
Las quejas han comenzado a expresarse por anticipado porque el
Presidente Medina no da señales de apertura a las aspiraciones
perredeistas, y aunque falta poco más de un mes para la jura del nuevo
gobierno, fuera de los compromisos puntuales asumidos por el propio
Presidente en términos casi personales, no se ven indicios claros que
hagan pensar que muchos dirigentes de ese partido entrarán a la
burocracia estatal.
Esa situación replanteará con profundidad las escasas alternativas
que le quedarían al viejo partido del buey: deberá abocarse a escoger
con mucho tiempo de antelación el retorno de Hipólito y sus seguidores,
que obviamente pondría como condición innegociable pasar a controlar el
partido y la seguridad de que sería determinante en la escogencia de su
próximo candidato presidencial, que sería él mismo como primera opción, o
su hija Carolina en segunda instancia.
Ese aparente salto de cabriola tiene mucho sentido en los dos
escenarios siguientes, a): que Miguel Vargas pase a una posición
ministerial dejando el descontento interno en las filas perredeistas
porque pocos de sus compañeros tengan similar suerte; y b): que se
acentúen las diferencias internas en el PRM por la errática conducción
volátil, imprudente y levantisca de Luis Abinader con la que Mejía está
en total desacuerdo.
Escenario ideal de Mejía
Con tantos años fuera del poder, resulta lógico que los perredeistas aspiren a participar en el gobierno, desde los más altos dirigentes hasta los más humildes militantes. Pero en un gobierno del PLD que concurrió aliado a otras 13 organizaciones, eso no es posible ni siquiera mínimamente, lo que anticipa que sus expectativas no quedarán satisfechas y que ello conllevará descontentos que incidirán en su futuro inmediato.
Con tantos años fuera del poder, resulta lógico que los perredeistas aspiren a participar en el gobierno, desde los más altos dirigentes hasta los más humildes militantes. Pero en un gobierno del PLD que concurrió aliado a otras 13 organizaciones, eso no es posible ni siquiera mínimamente, lo que anticipa que sus expectativas no quedarán satisfechas y que ello conllevará descontentos que incidirán en su futuro inmediato.
Hipólito Mejía sigue teniendo alta incidencia en el perredeismo
histórico no sólo porque fue presidente de la República, candidato
vicepresidencial de Peña Gómez y tres veces candidato presidencial, sino
porque de hecho tiene una avanzada importante de gente que regresó a
propósito de las pasadas elecciones cuando “perdió” la convención del
PRM.
El más connotados de ellos es el ingeniero Héctor Guzmán, pero a
nivel nacional hay seguidores de Mejía insertados en el PRD ,
particularmente en la región Nordeste, en Santiago, en la Línea Noroeste
y en las seccionales del exterior como Nueva York y Europa.
Probablemente Mejía tenga en este momento más seguidores dentro del PRD
que en el propio PRM.
Más aún, entre los miembros del PRD que permanecieron en ese partido
al momento de la división, Hipólito no tiene tanto rechazo como
Abinader, ni siquiera del propio Miguel Vargas que deberá pensar
seriamente en agenciarse un puente de plata para una salida honorable a
la transferencia de un liderazgo que en cierto modo ha sido traumático
más para él que para su partido.
¿Y entonces el PRM?
En el Partido Revolucionario Moderno se producirá el proceso de chiquitismo a que lo condena su conducción agresiva y poco inteligente aplicando métodos superados hace años de rebeldía y confrontación callejeras que antes que debilitar al gobierno fortalece la imagen del Presidente Danilo Medina. Abinader se irá quedando cada vez más solo en la misma medida en que una opción opositora apunte hacia Hipólito Mejía.
En el Partido Revolucionario Moderno se producirá el proceso de chiquitismo a que lo condena su conducción agresiva y poco inteligente aplicando métodos superados hace años de rebeldía y confrontación callejeras que antes que debilitar al gobierno fortalece la imagen del Presidente Danilo Medina. Abinader se irá quedando cada vez más solo en la misma medida en que una opción opositora apunte hacia Hipólito Mejía.
Sus siglas no tendrán la relevancia que le auguran algunos de los
dirigentes que acompañan a Abinader en esta aventura casi sediciosa y de
rebeldía desaforada, sobre todo después que se produzca el proyectado
desprendimiento del sector que reniega del apandillamiento injustificado
por insensato y anacrónico. De hecho, sus aliados electorales se han
percatado de que actitud tan volátil ocultan al niñato consentido en
rabieta por juguete nuevo.
La fractura del PRM es previsible incluso en las actuales
circunstancias de resaca por la derrota electoralÖ ¿Ha visto alguien a
Hipólito Mejía acompañar a Luis Abinader en sus últimas apariciones
públicas para asumir sus actitudes díscolas con las instituciones
nacionales? ¿Se le vio en la conferencia donde anunció que los
legisladores electos de su partido no irían a retirar los certificados
de elección el pasado jueves?
Una pregunta con mayor vigencia todavía: ¿Ha visto alguien a la ex
candidata Vicepresidencial, señora Carolina Mejía de Garrigó,
acompañando a Abinader en sus últimas rabietasÖ?
… EL CASO DEL PRSC
El caso del Partido Reformista y de su presidente, Federico Antún Batlle, llegará en los próximos días al Tribunal Superior Electoral que conocerá la “expulsión sumaria” de más de cien dirigentes que se manifestaron en desacuerdo con su pacto de alianza con Luis Abinader y el PPRM en las pasadas elecciones.
El caso del Partido Reformista y de su presidente, Federico Antún Batlle, llegará en los próximos días al Tribunal Superior Electoral que conocerá la “expulsión sumaria” de más de cien dirigentes que se manifestaron en desacuerdo con su pacto de alianza con Luis Abinader y el PPRM en las pasadas elecciones.
A partir de la experiencia por casos similares tanto en el reformismo
como en otras formaciones partidarias, la decisión del TSE será la de
acoger la solicitud de los reclamantes porque en su expulsión no se
llenaron “los debidos procedimientos estatutarios”.
A partir de entonces se prevé otra lucha aún más larga y traumática
por la representación legal del PRSC, el partido creado por Balaguer en
el año 1964 que dominó escenario electoral por más de tres décadas y que
a su muerte devino en agrupación minoritaria que necesita el oxígeno
gubernamental para sobrevivir aparcelado en medio de la tirantez de sus
dirigentes por migajas del poder.
Este tramo, sin embargo, se proyecta como el más difícil por la
errática conducción de Antún que asume ahora una confrontación visceral
hacia el gobierno del Presidente Medina y contra el PLD después de 20
años “de alianza societaria”, como le llamó en una ocasión su legendario
dirigente Jacinto PeynadoÖ
“Ö Pero cabeza dura al fin, no se rinde”.