Washington.- Líderes republicanos, nerviosos por el dominio de Donald
Trump en las primarias presidenciales, siguen teniendo opciones para
impedir que el multimillonario empresario obtenga la nominación a la
Casa Blanca, aunque quizás no todas sean buenas.
Las élites del
partido están estudiando a fondo las complejas matemáticas de los
delegados, plantean escenarios para una disputada convención e incluso
flirtean con una tercera opción. Mitt Romney, el candidato republicano
en las presidenciales de 2012, planteó una campaña para anular a Trump
en un discurso el jueves, pero no está claro cuánto impacto tendrán sus
palabras en unos votantes profundamente decepcionados con los líderes de
su formación.
Trump, por su parte, tiene la vista puesta en las
elecciones presidenciales. Su campaña se puso en contacto con la oficina
del presidente de Congreso, Paul Ryan, para fijar una reunión entre los
dos hombres, y el magnate instó a los republicanos a considerar su
candidatura como una opción