Bruselas - Una operación coordinada por Interpol y
Europol en 57 países ha concluido con la intervención de 10,000
toneladas y 1,000 litros de comidas y bebidas falsificadas y peligrosas,
informó hoy la agencia policial europea.
El dispositivo, bautizado como "Opson V", también ha conllevado
varias detenciones en todo el mundo por delitos relacionados con el
tráfico de productos alimentarios falsificados, muchas veces cometidos
por redes de crimen organizado, según explicó Europol.
La operación ha intervenido desde nueve toneladas de azúcar
contaminadas con fertilizantes en Sudán a 85 toneladas de aceitunas en
Italia que habían sido pintadas con sulfato de cobre para mejorar su
apariencia, pasando por bebidas alcohólicas falsas en Grecia o Reino
Unido.
En Indonesia, por ejemplo, se detectaron 70 kilos de intestinos de
pollo que habían sido conservados en formol, que está prohibido como
aditivo alimentario.
Por su parte, en Hungría, Italia, Lituania y Rumanía las autoridades
aduaneras y policiales intervinieron chocolates falsificados y vino sin
alcohol para niños que iban destinados a países de África occidental.
Muchos de estos fraudes se detectan de hecho en los controles
aduaneros en los aeropuertos internacionales, como pasó en el de
Zaventem, en Bruselas, donde los funcionarios de aduanas incautaron
varios kilos de carne de mono destinadas a su consumo.
La policía tailandesa, por otro lado, desmanteló una red criminal y
destruyó más de 30 toneladas de carne ilegal no apta para el consumo
humano que había sido puesta a la venta en supermercados en Tailandia a
través de esta organización.
En Australia, se detectaron 450 kilos de miel adulterada y un lote de
cacahuetes etiquetado como piñones, lo cual "representa una amenaza
para los alérgicos", recordó Europol.
En Corea del Sur las autoridades detuvieron a un individuo que
comerciaba suplementos dietéticos para bajar de peso en Internet con
ingredientes peligrosos, con los que había generado más de $170,000
dólares en solo diez meses.
También se detectaron casos de fraude alimentario en Burundi (alcohol
ilícito), Togo (pescado), Zambia (alcohol ilícito y productos
dietéticos) o Bolivia (sardinas).
El coordinador de Interpol de esta operación, Michael Elis, recordó
que estas comidas y bebidas falsificadas "a menudo se compran sin
sospechar que son productos potencialmente muy peligrosos".
Por su parte, el responsable de delitos contra la propiedad
intelectual de Europol, Chris Vansteenkiste, indicó que el aumento de
los precios de los alimentos y la globalización de la cadena alimentaria
ofrecen a las redes criminales "la posibilidad para vender productos
falsificados de calidad inferior".
Esta industria, que según el representante de Europol mueve "miles de
millones" de euros, presenta graves riesgos potenciales para la salud
de clientes desprevenidos.
Vansteenkiste subrayó que el carácter global y la complejidad de este
tipo de fraudes hacen necesaria una cooperación entre agencias
policiales de todo el mundo.