Olga Tañón
hizo vibrar a Santiago de Cuba como la segunda ciudad de Cuba no había
experimentado nunca. Ni los problemas de sonido, ni el descomunal calor, ni la
lluvia súbita que obligó a que el espectáculo cerrara sin interpretar el
clásico “Es mentiroso”, pudieron detener la pasión y la gozadera de las sobre
300,000 almas presentes en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo.
“Nunca
había visto algo como esto en Santiago. Soy santiaguero de toda la vida y jamás
vi tanta gente junta, ni para el Papa ni para los actos oficiales del
gobierno”, dijo un taxista al concluir el evento.
Y no hay
dudas de que tiene razón. Desde tempranas horas de la mañana el mar de gente
comenzó a arremolinarse para ver el primero de una serie de dos conciertos que Tañón
dará en suelo cubano. Se fueron acumulando por decenas de miles y a la hora de
comenzar el show, poco más de las 3:00 p.m. (4:00 p.m. hora de Puerto
Rico), el recinto estaba al tope.
El inicio
fue solemne, con el tema “Aleluya” como entrante, el cual fue interpretado por
Tañón junto a su hija Gabriela y un coro de niños cubanos. Después de ahí, todo
fue pura fiesta y el concierto puede ser llamado, sin temor a equivocarse, como
el baile de merengue más grande del mundo.
La artista
boricua cantó lo mejor de su repertorio, con éxitos como “Mala”, “Muchacho
malo”, “Así es la vida” y “Bandolero”. El mar humano tarareaba las canciones
junto a Tañón a pesar de que los problemas de sonido impedían que las personas
escucharan con claridad al fondo de la plaza.
Pero la
cantante puertorriqueña no se dejó amilanar por las dificultades técnicas. Se
las inventó como pudo y se dedicó a interactuar con el público de mil maneras,
entre ellas, bailar con un hombre que saltó la valla de seguridad para
invitarla a un merengue o cantar a dúo con una doctora que impresionó a todos
con una voz tan potente como la intérprete de “Cosas del amor”.
La energía
y la entrega de Tañón en la tarima fue retribuida todo el tiempo por el público
santiaguero, el cual nunca dejó de cantar a viva voz sus éxitos.