Por: José R. Martínez Burgos
Una Sociedad en Destrucción
Hay varias repuestas para los aventureros electorales y quizás la fundamental sería modificar ó cambiar las instituciones que maneja el Estado, adecuándolas al presente histórico para abaratar los costos de producción y lograr a corto plazo la prosperidad, dar paso a toda la población para que se una monolíticamente a la actividad económica y social, es decir, igual oportunidad de trabajo para todos en iguales condiciones.- En esta forma cada ciudadano puede ser su propio Empresario, que es como se obtiene una auténtica democracia y se crearía en esta forma una verdadera y robusta economía de mercado.-
Un criterio sumamente importante, es que reorganizando el país todos los dominicanos podríamos comprender mejor el concepto de bienestar social, que en sus programas nos ofrecen líderes políticos, es importante que el país se avoque a un acuerdo de objetivos comunes como un gran proyecto nacional, mediante el cual se logren entre todos, objetivos definidos, para que el Estado, gobernado austeramente, provea todos los medios para la obtención de metas reales de desarrollo sin perjuicios para ninguna de las clases sociales, esto es, que sin embarcarnos en tareas imposibles, nos pongamos de acuerdo en objetivos legítimos.-
Evitemos con todas las fuerzas de la Nación, el convertirnos en “una sociedad que se autodestruye, una sociedad sin freno, sin temor, sin respeto”, seamos reflexivos, evitemos, repito, la caída de la credibilidad de la clase política y recordemos que la esencia de la democracia es mantener un dialogo abierto y tolerante hacía la realidad y lo importante, al final de todos son las actitudes y las conductas.- También pensemos en la inexperiencia, en “los malos hábitos, corruptelas y vicios de comportamiento y que si no se corrigen desde el principio pueden dañar perdurablemente el sistema”.-
Y para poner punto final, reproducimos un principio del economista Wilfredo Pareto, quien fue citado por el Padre José Luis Alemán S.J., en un artículo suyo, publicado en el Listín Diario, el jueves 24 de Septiembre de 1987, en la página 2-D, cuando dice “Para que un proyecto sea simplemente bueno tiene que salir beneficiada por lo menos una persona, y nadie puede ser dañado”, lo que significa que en toda campaña política, los
lideres políticos, deben tratar de no excederse en sus planteamientos y promesas electorales, porque si salen vencedores y dejan incumplidos la mayoría de sus ofrecimientos crean frustraciones y desesperanzas en los electores, y podríamos añadirle lo que dice en un artículo del 26-06-88 en el Nuevo Herald de Miami el articulista Gastón Baquero: “No hay que prestar mucha atención, ni conceder crédito alguno, a las palabras de los políticos en campaña.- Dicen, o les hacen decir, lo que se considere más útil para conquistarles la simpatía del electorado.- Un candidato, dicen, no puede bracear contra la corriente, aunque esta produzca artificialmente a golpe de propaganda y de manipulación bien instrumentada de la opinión pública.- Recordemos la pulcritud en sus actos de nuestros patricios.-
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