Mucho polvo, madera vieja y latas de zinc quedaron en el suelo, luego de la “limpia” que hizo su dueño. |
Uno de los dueños del lugar, Joel Vargas Loría, comentó que el área es de 625 metros cuadrados de construcción.
“Todos los locales estaban alquilados a un hombre dominicano de apellido Ferreira, quien hace dos semanas me llamó para finiquitar el contrato. El objetivo es limpiarlo y ponerle una malla para que nadie pueda ingresar y se instalé ahí”, recordó.
En buenos términos.
“Buscamos la tranquilidad, eran muchos años de estar alquilando los negocios, pese a las broncas llegamos a buen término.
En el terreno había de todo, cuarterías, ventas de celulares, bares y hasta sodas familiares”, detalló.
Según sus propietarios la finalidad más adelante es vender la propiedad que adquirieron sus padres en marzo de 1972.
Muchos josefinos no creen que esa acción acabe con la delincuencia que azota la capital.