Radio Notas.-Para
Osvaldo Cepeda y Cepeda “el locutor es como un diamante, originalmente
es un carbón, pero pulido tiene bellísimos destellos”. Destellos que
iluminan cualquier escenario donde le toca hacer uso de la palabra.
En esta entrevista, el hoy general de
Brigada de la Fuerza Aérea Dominicana confiesa que con mucha dedicación y
entrega, ha hecho de la locución una religión y de la maestría de
ceremonia un sacerdocio.
Nacío en un pequeño pueblo llamado
Pimentel, municipio de la provincia Duarte. Fueron días agradables,
musicales y sobre todo cultivables, porque la gente se empecinaba en que
la generación de la época se superara. Esa etapa fue plácida para mí,
haciendo teatro, nadando en los ríos, practicando deportes , incluyendo
un maratón dónde vinimos desde Pimentel a la capital, para solicitar el
acueducto, y lo logramos.
Mis padres, Fefa y Rafael, oriundos de
Santiago, eran maestros de gran tradición. Éramos dos hermanos, tan
parecidos que hasta podíamos cambiarnos y hacernos pasar el uno por el
otro. Mi hermano se llamaba Ubaldo. De mis progenitores atesoro la
formación y los principios que me dieron. Recuerdo que eran excelentes
oradores, sabían redactar y escribir muy bien.
La aviación
Había un campo de aviación que se llamaba Angelina, donde habían aviones del Ministerio de Agricultura, para fumigar, y este campo estaba cerca de una familia mía, siempre iba a ver los despegues y los aterrizajes, y cuando vine a ver me volví amigo de los pilotos y ellos se dieron cuenta de que había vocación en mí para esto.
Había un campo de aviación que se llamaba Angelina, donde habían aviones del Ministerio de Agricultura, para fumigar, y este campo estaba cerca de una familia mía, siempre iba a ver los despegues y los aterrizajes, y cuando vine a ver me volví amigo de los pilotos y ellos se dieron cuenta de que había vocación en mí para esto.
Un día me llevaron donde un buen amigo
para que yo lo recortara y acordamos que como premio me dejarían sentar
en una avioneta y corretearla. Tenía 18 años y ya estaba listo para
emprender mi vida.
Estudié en la Universidad de Santo
Domingo, Filología Moderna, esto es estudio de idiomas, y aprendizaje de
algunas lenguas. Esto me dio la base para poder aprender varios
idiomas; hablo chino, francés, inglés, portugués, italiano, y el español
lo cultivo para no olvidarlo. También estudié locución, esto fue en mi
pueblo y comencé a darme a conocer en todo el Cibao haciendo maestrías
de ceremonias ocasionalmente y de animador, luego vine a la capital y
estudié locución en la escuela Héctor J. Díaz Cruz, la entonces Voz
Dominicana.
Tengo una familia sumamente interesante,
porque ninguno de mis hijos son hermanos de padre y madre. Me quedan
cuatro hermosos hijos, dos partieron a la morada del Señor, cada uno de
ellos tiene una madre que viene de un país distinto (uno con una árabe,
uno con una alemana, otro de una norteamericana) Para mí la mujer es un
ser sumamente delicado, extraordinario, y, sobre todo, es un apoyo
fundamental – el hombre soltero no es nada-. No entiendo cómo hay
hombres que con la mano que acarician a una mujer, con esa misma la
golpean; y con la palabra que la enamoran, con esa misma palabra la
insultan.
En los deportes
Empecé en Pimentel practicando la natación, cruzando a brazadas los ríos Yuna, Camú y el Cuaba, el que adoraba. Después practicaba campo y pista y béisbol, tanto así que me llevaban de refuerzo a otros pueblos. Todavía soy muy buen tirador, practicaba ese deporte con armas neumáticas de aire.
Empecé en Pimentel practicando la natación, cruzando a brazadas los ríos Yuna, Camú y el Cuaba, el que adoraba. Después practicaba campo y pista y béisbol, tanto así que me llevaban de refuerzo a otros pueblos. Todavía soy muy buen tirador, practicaba ese deporte con armas neumáticas de aire.
Maestro de ceremonias
Yo he sido y sigo siendo un hombre que ha hecho de la locución una religión y de la maestría de ceremonia un sacerdocio. Así es como lo veo, he sido un sacerdote del ejercicio y, claro, para eso se precisa haberse entregado por completo para que uno sea religión y el otro sacerdocio, porque la locución y la maestría de ceremonias van de la mano.
Yo he sido y sigo siendo un hombre que ha hecho de la locución una religión y de la maestría de ceremonia un sacerdocio. Así es como lo veo, he sido un sacerdote del ejercicio y, claro, para eso se precisa haberse entregado por completo para que uno sea religión y el otro sacerdocio, porque la locución y la maestría de ceremonias van de la mano.
Anécdota
Yo narré la llegada del Papa Juan Pablo II y, al ser yo aviador, me di cuenta de que el avión venía muy alto y que no se iba a poder parar, entonces el aeroplano hizo toque y despegue y siguió para volver hacer el plano de aterrizaje.
Yo narré la llegada del Papa Juan Pablo II y, al ser yo aviador, me di cuenta de que el avión venía muy alto y que no se iba a poder parar, entonces el aeroplano hizo toque y despegue y siguió para volver hacer el plano de aterrizaje.
Entonces, eso lo describí y dije que el Papa
pisó la tierra de Duarte (Juan Pablo I para nosotros) y fue a hacer una
oración por todos ante la santísima Virgen de La Altagracia. Ese fue un
momento algo difícil, imagínate, que no hubiera sido locutor y aviador
quien estuviera narrando ¿qué iba a decir en ese momento?
El momento más difícil
Durante un show en la televisión, dónde estuve presentando a una gran figura y gran amigo, Leo Marini, cuando terminé sentí una alegría enorme y a seguidas un terrible dolor, y de ahí para la clínica Doctor Yunén.
Durante un show en la televisión, dónde estuve presentando a una gran figura y gran amigo, Leo Marini, cuando terminé sentí una alegría enorme y a seguidas un terrible dolor, y de ahí para la clínica Doctor Yunén.
Se me había declarado un cáncer en un
riñón y me hicieron la primera de una serie de cirugías, me extirparon
el riñón, me limpiaron el otro y los periódicos llegaron a publicar que
me había dado un paro.
En ese instante sé lo que vi y sé que ya
hice ese viaje, no lo apresuro porque sé que todos vamos a morir algún
día, ya que el primer paso para llegar ahí es nacer.
Tengo una profunda fe
Saber que Dios existe, que mientras más se estudia más tienes que confiar en Él. Saber que Él creó todo esto sin importar el criterio que tú tengas de la creación, del universo, saber que Él lo empezó todo y de ahí es que viene el creer en lo que no ves, esto es la fé, confiar en él y buscar, de acuerdo a sus mandamientos, y confiar plenamente en Él.
Saber que Dios existe, que mientras más se estudia más tienes que confiar en Él. Saber que Él creó todo esto sin importar el criterio que tú tengas de la creación, del universo, saber que Él lo empezó todo y de ahí es que viene el creer en lo que no ves, esto es la fé, confiar en él y buscar, de acuerdo a sus mandamientos, y confiar plenamente en Él.
Recomiendo a todo el mundo que trate de
vivir en paz para que sean como yo, que a esta edad soy un Señor con un
rosto agradable y tengo siempre una mano extendida al amigo y un amor
abierto para todos y un gran corazón para olvidar, que es lo mismo que
perdonar..