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El éxito de Los Domirriqueños nos debe hacer sentir
bien orgullosos. Nuestra gente haciendo cosas grandes con pocos
recursos. Lo mejor de todo ha sido el respaldo abrumador que ha recibido
la producción siendo la película boricua más taquillera de la historia.
¡Bien merecido!
Me disfruté mucho ver en las redes sociales las
fotos de las adultos y chicos haciendo buya en las filas del cine con
sus boletos en mano y resaltando que la fila para entrar a ver Los
Domirriqueños era mucho más larga que las filas para ver otras películas
de presupuestos multimillonarios.
Tuve la oportunidad de asistir a
la gala premier, donde compartí con el elenco y los productores. Desde
que entré al cine hasta que salí no paré de reírme. Lo mejor de todo es
que no tuvieron que decir ninguna mala palabra para arrancar carcajadas
en la audiencia, lo que para el corazón de este exitoso proyecto
representó un importante aprendizaje.
Cuenta Jorge “El Molusco”
Pabón que cuando le hizo el acercamiento a los talentos dominicanos
Fausto Mata, Tony Pascual y Aquiles Correa para hacer algo juntos, le
comentaron que tenían que tratar de que fuese algo para toda la familia,
sin hablar “malo”. Para alguien como El Molusco, que domina a la
perfección el humor picante, suponía un reto enorme lograr las risas de
siempre sin el aderezo de los palabras subidas de tono, pero no sólo se
graduó él, sino que lo hizo con altos honores. El elenco
dominico-boricua estuvo buenísimo, compuesto por figuras de mucha
trayectoria como Raulito Carbonell, Antonio Sánchez “El Gángster”, la
nueva cepa como Danilo Beauchamp y Alejandro Gil, entre otros.
La
verdad que el concepto de Los Domirriqueños fue una idea genial; el
junte de dominicanos y boricuas para hacer lo que sea siempre trae cosas
buenas. En la cocina lo que sale es sabroso: ellos majan el plátano y
le echan cebollita; nosotros los freímos con un poco de ajo, pero la
esencia es la misma. En la música igual, nos intercambiamos los ritmos y
los instrumentos y al final lo que se escucha pone a bailar hasta a un
esquimal. Por eso era de esperarse las risas a to’ lo que da con el
junte en esta película. La idea fue genial. Siempre que en alguna fiesta
hay amigos dominicanos el party se pone bueno. Nos reímos de rabo a
cabo, bailamos, cantamos y siempre se pasa divino.
Es un espacio
muy pequeño el que separa nuestra isla de la República Dominicana,
somos hermanos caribeños y nos parecemos muchísimo. Son ellos, además,
parte de nuestro país y aportan a nuestro desarrollo social y
económico.
Bravo a todos los que hicieron posible el proyecto de
Los Domirriqueños. ¡Que la “vaina” de ellos con el “qué es lo que hay”
nuestro continúe abriendo camino y permitiéndonos hacer muchas cosas
juntos!