La sentencia del juez George H. King pone fin a
décadas de disputas sobre el "copyright" de la famosa canción y al
monopolio de la editora musical Warner/Chappell, una división de Warner
Music, que durante años aseguró tener los derechos de la canción y se
embolsó grandes cantidades de dinero.
King indicó en su veredicto que el documento en
posesión de Warner/Chappell, fechado en 1935 y cuyo primer propietario
fue la empresa Summy Co., sólo garantiza los derechos sobre algunos
acuerdos de la música y no sobre el conjunto de la canción.
"Summy Co. jamás adquirió los derechos de la letra
de 'Happy Birthday'. Los demandados, como sucesores en interés de Summy
Co., no poseen derechos de autor válidos de la letra de 'Happy
Birthday'", indicó el juez.
La conocida melodía fue tomada de la canción de
finales del siglo XIX "Good Morning to All", de las hermanas Mildred J. y
Patty Smith Hill, y, de acuerdo con King, algunos de sus acuerdos se
registraron en 1935 por parte de Summy Co.
Años más tarde, el gigante discográfico Warner
compró ese documento y desde entonces ha recaudado unos dos millones de
dólares al año por concepto de propiedad intelectual por el uso de la
famosa canción.
"'Happy Birthday' es finalmente libre tras 80
años. Al fin se ha terminado la farsa. Es increíble", indicó Randall
Newman, uno de los abogados de los demandantes, entre los que se
encuentran un grupo de cineastas que están rodando un documental sobre
la canción.
Entre las evidencias presentadas por los
demandantes se encuentra un libro de canciones publicado en 1927 que
contiene la letra del "Happy Birthday" sin ningún aviso sobre derechos
de autor y que es anterior al registro de propiedad intelectual de la
melodía, realizado 1935.
Hasta ahora, cualquiera que quisiera utilizar
"Happy Birthday to You" con fines lucrativos, ya fuera en una producción
cinematográfica, teatral, televisiva o en cartas auditivas de
felicitación debía pagar a Warner por los derechos.
Tras la decisión de hoy, la canción pasa a ser
considerada de propiedad pública y libre de derechos, por lo que puede
usarse para cualquier fin sin tener que pagar por ello.