A 24 años de su estreno, Mi Pobre Angelito continúa siendo un
imperdible de cada Navidad, junto a otras como Duro de Matar y el Regalo
Prometido. La historia del niño olvidado por sus padres en casa con el
tiempo se convirtió en un clásico de la cultura popular y lanzó al
estrellato a Macaulay Culkin, iniciando una saga que se completaría con
otras cuatro producciones y tres videojuegos.
Lo más llamativo de la película son las trampas de Kevin McCallister
(Macaulay Culkin) contra los Bandidos Pegajosos Harry (Joe Pesci) y Marv
(Daniel Stern), provocando hilarantes caídas, fuertes golpes en la
cabeza, quemaduras y otros. Pero, ¿cuáles son las consecuencias físicas
de tales lesiones, según la medicina? ¿Pudieron las trampas provocar
algo más que moretones?
Para ello, la revista The Week analizó los posibles escenarios y
pidió a un experto médico su opinión sobre qué tipo de daños podrían
resultar en toda la película. Además, ArchDaily analizó el tipo de
diseño de la casa y cómo o por qué el plan del niño da resultado.
Planchazos, golpes, quemaduras o disparos en la frente, un
especialista analizó las lesiones provocadas por las trampas del
personaje de Macaulay Culkin en el clásico filme de Navidad,
descubriendo que con suerte, podrían salir vivos.