Por: Diego A. Sosa Sosa
Hamburgo, Alemania
Muchas personas entran en el carrusel de las deudas porque no ganan lo suficiente, mientras que otras lo hacen porque sus gustos están por encima de sus ingresos. La realidad, salvo aquellas personas que por un evento específico como por ejemplo una enfermedad, es que el principio de endeudarse siempre es muy parecido. Las personas no postergan la posibilidad de cubrir una necesidad, pero postergan el sufrimiento, que en este caso es el pago.
El cerebro humano está programado para evitar dolores, por eso las campañas publicitarias y las empresas hacen todo para postergar el dolor de sus clientes. El lema es disfrute ahora y pague después.
No hace tantos años que en la mayoría de los lugares se podía comprar y pagar luego sin que esto significara un dolor mayor. Aún podemos hacerlo, con la tarjeta de crédito. Sin embargo, muchos no tienen la disciplina necesaria y terminan pagando intereses por no utilizarlas de la forma debida.
Por otro lado están los créditos, estos generan intereses desde el momento que se toman, o sea que el dolor se intensifica con cada día que pasa.
Ahora bien, disfrutar por adelantado no es malo, lo incómodo es convertir esto en una bola de nieve, en un actuar constante, en una forma de vivir su vida financiera. Y es que siempre creemos que si ganáramos más no tendríamos necesidad de tomar prestado.
Le recuerdo que hace dos años posiblemente la mayoría de las personas ganaban menos que ahora.
Hamburgo, Alemania
Muchas personas entran en el carrusel de las deudas porque no ganan lo suficiente, mientras que otras lo hacen porque sus gustos están por encima de sus ingresos. La realidad, salvo aquellas personas que por un evento específico como por ejemplo una enfermedad, es que el principio de endeudarse siempre es muy parecido. Las personas no postergan la posibilidad de cubrir una necesidad, pero postergan el sufrimiento, que en este caso es el pago.
El cerebro humano está programado para evitar dolores, por eso las campañas publicitarias y las empresas hacen todo para postergar el dolor de sus clientes. El lema es disfrute ahora y pague después.
No hace tantos años que en la mayoría de los lugares se podía comprar y pagar luego sin que esto significara un dolor mayor. Aún podemos hacerlo, con la tarjeta de crédito. Sin embargo, muchos no tienen la disciplina necesaria y terminan pagando intereses por no utilizarlas de la forma debida.
Por otro lado están los créditos, estos generan intereses desde el momento que se toman, o sea que el dolor se intensifica con cada día que pasa.
Ahora bien, disfrutar por adelantado no es malo, lo incómodo es convertir esto en una bola de nieve, en un actuar constante, en una forma de vivir su vida financiera. Y es que siempre creemos que si ganáramos más no tendríamos necesidad de tomar prestado.
Le recuerdo que hace dos años posiblemente la mayoría de las personas ganaban menos que ahora.
Ellos pensaban que ganando lo que ganan hoy estarían fuera de problemas financiero... la sorpresa es que hoy deben más que antes.
Esto sucede por una ecuación simple, el por ciento de los ingresos que usted gasta, será siempre igual. Conozco personas que ganan dos mil dólares y gastan mil setecientos, mientras su compañero de trabajo que gana lo mismo gasta dos mil trescientos. Y es que cada uno se acostumbra a vivir con un porcentaje específico de sus ingresos. Uno ahorra y el otro se endeuda.
Al cabo de unos años, el que gasta más de lo que recibe termina recibiendo menos bienes y servicios por el mismo dinero, ya que está pagando intereses por haber adelantado sus gastos en cierta cantidad de meses o semanas. O sea, compra menos, pero gasta más.
La ecuación es simple, gaste menos de lo que gana, salga de las deudas y comience a ahorrar... le aseguro que pronto tendrá un fondo que ganará dinero para usted y le podrá servir para cualquier emprendimiento que decida tener. No espere ganar más para que sus deudas desaparezcan, sin un cambio de actitud en sus finanzas eso nunca sucederá.
Nos vemos la próxima semana