Más de 99.5 millones de estadounidenses ya han votado anticipadamente en unas elecciones históricas. Esto significa que el 73% de los votos registrados en 2016 ya han sido depositados antes que abran los centros de votación a lo largo del país. Aun así, un puñado de Estados son clave para las aspiraciones de Donald Trump y su rival, el demócrata Joe Biden.

La reelección del republicano o la victoria de su oponente atraviesan una ruta de territorios en disputa. Florida, Wisconsin, Pensilvania, Carolina del Norte, Ohio y Georgia tienen la llave del éxito que auguran los 270 votos necesarios en el Colegio Electoral para convertirse en presidente de Estados Unidos. A estos se les ha añadido, de última hora, Texas, una región típicamente republicana que ha pulverizado los récords de participación.
Florida se ha convertido en un feroz escenario de la batalla. Un triunfo de Biden haría las cosas muy cuesta arriba para la reelección de Donald Trump. Un promedio de encuestas de la noche de lunes pone por delante a demócrata con una ligera ventaja, 48% frente a 46%. Si es el republicano quien se impone en la región de los pantanos, esto pondría hielo a una eventual victoria demócrata, que estaría obligada a asegurarse otros territorios en disputa.
Este es un clásico Estado bisagra porque su electorado se deja seducir tanto por republicanos o demócratas. Trump lo ganó sorpresivamente en 2016. Antes de eso, Barack Obama lo conquistó en 2008 y 2012. Los demócratas han ganado allí 25 elecciones presidenciales frente a 16 de los republicanos. Es un botín preciado porque aporta 29 votos al Colegio Electoral. Es el tercer Estado que más sufragios aporta, igualado con Nueva York, y superado solo por California (55) y Texas (38).
Pensilvania sigue a Florida en importancia como campo de batalla. Históricamente, conseguir sus 20 votos del Colegio Electoral era una tarea relativamente sencilla para un candidato demócrata. En las últimas siete elecciones, desde 1992, había sido un Estado azul. A excepción de 2016, cuando llegó Donald Trump y consiguió una de sus más sonoras victorias de la noche electoral frente a Hillary Clinton. Hoy las cosas están apretadas entre los candidatos. Los sondeos ponen a Biden ligeramente en cabeza de su Estado natal con una diferencia de 2.5% (49.3% frente a 46.8%), pero Trump enfocó muchos de sus esfuerzos finales allí para lograr la que sería una de las sorpresas de la noche. La entidad puede significar el punto de quiebre para cualquiera de los bandos.