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Más de 100,000 personas en los Estados Unidos han dado positivo por el coronavirus , un número de casos de primer orden mundial que se ha multiplicado por diez en la última semana y media, y que muchos expertos predicen que seguirá aumentando durante semanas o meses.
Es casi seguro que el número real de infecciones es mucho mayor porque solo una fracción del 1 por ciento de los estadounidenses se han realizado pruebas, muy por detrás de países como Corea del Sur e Italia.
"Hace dos semanas, el presidente Trump prometió una red de sitios de prueba de covid-19 en todo el país donde las personas podrían ser evaluadas 'de manera muy segura, rápida y conveniente'", informó The Washington Post. Pero los CEOs de las grandes tiendas que dijeron que convertirían sus estacionamientos en sitios de prueba han abierto solo cinco de esos lugares, y algunos sitios administrados por el estado permanecen inactivos esperando suministros de prueba.
Aunque gran parte del país recibió la orden de quedarse en casa para frenar la propagación del virus, aún se requiere que muchos trabajadores federales vengan a la oficina en condiciones potencialmente peligrosas, encontró una investigación del Post. "Cientos de trabajadores de primera línea se sientan uno al lado del otro en pequeños cubículos que procesan solicitudes de pasaporte para el Departamento de Estado", dice el informe. "Los empleados tienen 15 minutos al día para limpiar sus escritorios con los suministros que deben traer de casa".
Cientos de estadounidenses mueren cada día a causa de la enfermedad, cerca de 2.000 en total, y los trabajadores de atención de la muerte luchan para hacer frente a la afluencia en Nueva York, el epicentro del brote en los Estados Unidos. En medio del temor de que los cuerpos puedan propagar la enfermedad, se están desplegando camiones refrigerados, carpas y "una morgue emergente" para almacenar la sobrecarga . Los capellanes de los hospitales realizan los últimos ritos a través de un chat de video o de pie afuera de las puertas de los pacientes.
Trump se ha movido abruptamente hacia la federalización de la lucha del país contra el virus en los últimos dos días, después de semanas de dejar los estados para implementar sus propias políticas y encontrar sus propios suministros médicos. El sábado, el presidente dijo a los periodistas: "Existe la posibilidad de que en algún momento hagamos una cuarentena, a corto plazo, dos semanas, en Nueva York". Probablemente Nueva Jersey. Partes de Connecticut. ” La declaración apareció para sorpresa y confundir a gobernador de Nueva York, Andrew M. Cuomo (D), que dijo a los reporteros:‘Yo ni siquiera sé lo que eso significa’.
Trump también ha tomado más control de la cadena de suministro médico . Invocó un poder de guerra el viernes que le permitirá ordenar a fabricantes privados que construyan ventiladores, y prometió que General Motors y otras compañías producirían 100,000 ventiladores combinados en los próximos 100 días. (Un estudio de 2005 estimó que Estados Unidos necesitaría más de 740,000 de las máquinas en una pandemia grave).
La desconfianza y la hostilidad entre la Casa Blanca y los gobernadores en algunos de los estados más afectados continúa complicando la lucha contra el virus. Trump dijo el viernes que le dijo al vicepresidente Pence, que dirige el grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca, que no llame a dos gobernadores que han criticado al gobierno federal: el gobernador de Washington Jay Inslee (D) y el gobernador de Michigan Gretchen Whitmer (D). "Quiero que sean apreciativos", dijo Trump. "Hemos hecho un gran trabajo". La Casa Blanca anunció el sábado que Trump aceptó la solicitud de Whitmer de una declaración de desastre, a pesar de la tensión.
El presidente también se peleó con el Congreso inmediatamente después de aprobar un histórico paquete de ayuda económica de 2,2 billones de dólares el viernes. Cuando Trump promulgó el proyecto de ley, lanzó una declaración que socava el poder de un inspector general aprobado por el Senado, que se supone que supervisa cómo el Departamento del Tesoro desembolsará $ 400 mil millones en préstamos a empresas y gobiernos locales. La medida de supervisión fue clave para obtener el apoyo demócrata para el proyecto de ley, pero la declaración de Trump indica que tiene la intención de supervisarse a sí mismo.
