Santo Domingo - SERVICIO ESPECIAL -
El condenado a 30 años por la muerte
del ciudadano español, Gustavo Adolfo Cervantes, alias Waikiki, Pedro
Alejandro Castillo Paniagua, Alía Quirinito, quien no se sabe su paradero,
intento obtener un duplicado de su cédula de identidad y electoral en la ciudad
de Santiago el 03 de agosto, precisamente 23 días después de haber sido
declarado muerto, según certificado de defunción emitido.
Según fuentes de entero crédito,
Quirinito se apersono a las oficinas de la Junta Central Electoral de Santiago
como un ciudadano común y corriente, al cual nadie conocía, e intento hacerse
expedir -sin lograr sus objetivos- un documento de identidad y electoral sin
ninguna modificación en las informaciones personales.
Algo notorio en la figura de
Quirinito al momento de obtener el documento de identidad y electoral, resalta
la fuente, que se destaca en la cara de Castillo Paniagua, las cejas depiladas
al estilo “Metro Sexual”, y su cabeza con un de pelo bajito, además no se
reflejaba un mal estado de salud.
Usar sus propios datos personales
cuando se presentó a solicitar el duplicado descarta que Quirinito haya
cambiado de identidad hasta ese momento.
Quien certifico la muerte de Pedro
Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito), el 5 de julio del corriente año,
mediante certificado número 00239, Folio 0039 "es la misma persona " que se dirigió personalmente a la oficialía civil para asentar el
fallecimiento, también recomendó a la jueza de ejecución de la pena de San
Francisco de Macorís, el cambio de prisión, del Centro de Corrección de Vista
del Valle, por una domiciliaria.
El ataúd donde sería colocado el
supuesto cadáver de Quirinito fue comprado en la funeraria don Benigno, de la
calle Salcedo, de San Francisco de Macorís, donde sería velado, pero nunca lo
usó.
A este respecto, la encargada de la
funeraria, Amparo Paulino, dijo que cerca de las 11:00 de la noche se
presentaron unos señores a bordo de una jeepeta y compraron un ataúd para
trasladar desde el sector Paseo del Río hasta ese lugar a una persona que
falleció, la cual sería velada allí.