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Benny Sadel y la irreverencia de las redes
Por José Antonio Aybar F.
El merenguero Benny Sadel se
aferra a la vida, y para ello, postrado en una cama de la unidad de
cuidados intensivos del Jacobi Medical Center, de la ciudad de Nueva
York, hace lo que le apasiona: cantar, en una demostración de la
fortaleza que siempre hizo gala.
Un vídeo subido a las redes
sociales por alguien que no reparó en la línea divisoria entre lo
personal y lo público, entre lo humano y lo inhumano, muestra el
esfuerzo de Sadel por cantar, fallido, porque es lógico que le falten
fuerzas a pocos días de los médicos diagnosticarle una leucemia en
estado avanzado.
Las redes sociales han
convulsionado al mundo, una revolución que ha tomado desprevenidos a
quienes hoy se convierten en promotores de los hechos más descarnados,
sin reparar en el doble daño que hacen a los
protagonistas de esas historias.
En la mañana de ayer recibimos
el vídeo de marras, hecho por un amigo de la familia, en presencia de
la esposa del intérprete merenguero, en el que se ve a Sadel en su cama
de hospital.
Lo recibimos con la petición
de no hacerlo público, porque se trata del estado crítico de un ser
humano, por demás de una figura pública que en estos momentos necesita
más solidaridad que exposición.
De nada sirvió la
recomendación de no divulgarlo, cuando pasados unos minutos alguien lo
subió a las redes sociales en una falta de solidaridad y respeto al
derecho a la intimidad.
Un hecho reprochable, desleal e irresponsable hacia el artista y su familia.