La "Princesa del Pop" está dispuesta a hacer frente a una multa de 10 millones de dólares para terminar con la demanda que una compañía cosmética entabló contra ella y su padre
Brand Sense Partners acusa a Britney Spears y a su progenitor, Jamie Spears, de haber puesto fin ilegalmente al contrato que habían firmado. La compañía estadounidense reclama a la cantante el 35% de los beneficios obtenidos por las ventas de su perfume Radiance, creado en colaboración con Elizabeth Arden.
Según publicó la web estadounidense TMZ, la cantante habría llegado a un acuerdo por el que deberá desembolsar 10 millones de dólares así como parte de sus derechos de imagen en los próximos años.
La empresa presentó la demanda en marzo de 2011, en ella acusaba a la artista y a su padre de fraude, engaño e incumplimiento de contrato. Ahora, parece que Britney ha decidido hacer frente a uno de sus muchos problemas.