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jueves, 7 de noviembre de 2019

Los motivos por los que José José no se sometió al tratamiento que le habría permitido recuperar su voz



Héctor Sosa, el medio hermano de José José, confesó que ideó un tratamiento alternativo para que “El Príncipe de la Canción” recuperara la voz que lo encumbró en la década de los 70, pero jamás pudo llevarlo a cabo porque no contó con el respaldo de los representantes del intérprete de El Triste.

El contratenor planeó que su medio hermano guardara silencio por seis meses y algunos ejercicios vocales, lo que le hubieran permitido cantar por lo menos 10 o 20 años más.
En entrevista con el programa Sale el Sol, el también maestro ópera dijo: “Cuando yo trabajé de corista él tenía un representante cubano y en esta cosa de docente que he tenido desde muy joven, yo buscaba su rehabilitación y, entonces, cual maestro le mandé a este representante cubano, en esa época, un plan de rehabilitación".
“Incluía callar a mi hermano seis meses y trabajo técnico vocal”, señaló Héctor Sosa.
“Pero, pues imagínate a un joven como yo qué le iban a hacer caso", mencionó el medio hermano del cantante originario de la Ciudad de México.
Héctor Sosa, el medio hermano de José José, confesó que ideó un tratamiento alternativo para “El Príncipe de la Canción”
De acuerdo con el también cantante, “El Príncipe de la Canción” y su entonces representante ignoraron sus recomendaciones, que bien pudieron alargarle la calidad vocal por muchos años más.
“Yo creía que este trabajo podría funcionar, ir por un buen camino, se los había presentado por escrito, pero José tenía muchos compromisos, muchas deudas, dos hijos, una esposa y supongo que se tornaba complicado. Yo joven, inexperto, y a lo mejor tonto, creía que él podía callarse seis meses para seguir cantando 10 años más o 20, ve tú a saber cuántos”, añadió el también hijo del tenor José Sosa.
La relación entre José José y sus familiares no era muy cercana. Héctor confesó al mismo programa de Grupo Imagen que no extrañará a su medio hermano, pero sí al ídolo mexicano.
“El hermano ausente, el hermano que no es hermano, pues ni lo extrañas; pero al ídolo, dices ‘wow, vamos a estar cantando sus canciones ahora con más gusto’”, señaló el también maestro de ópera.
La misma distancia entre ellos provocó que Héctor Sosa tuviera que enterarse de la muerte de José José por redes sociales: "Por el Facebook. Leo una noticia, le contesto a Toño Carrizosa [...]: 'Toño, esa noticia no es verdad', y me dice está confirmada'".


"Por el Facebook. Leo una noticia, le contesto, por cierto, a Toño Carrizosa [...]: 'Toño, esa noticia no es verdad', y me dice está confirmada'", agregó.
Héctor Sosa cree que su medio hermano murió hace tiempo y no el 28 de septiembre, cuando se dio a conocer la triste noticia.
"Yo creo que ya estaba muerto. O sea, una enfermedad tan tremenda como la de él no creo que haya acaecido el 28 de septiembre como dicen que sucedió, pero bueno, no quiero ahondar en detalles", sentenció el profesor de la Escuela Superior de Música del INBAL.
Las adicciones y la pérdida de la voz: problemas que enfrentó el ídolo mexicano
Las adicciones de José José no fueron secreto para nadie, sin embargo, el icónico cantante de “El Triste” no sólo bebía y consumía drogas para lidiar con la deslumbrante fama que alcanzó rápidamente, también quería olvidar su cruel infancia, con un padre violento y ausente, incluso el abuso sexual por parte de otros niños que vivían su propio infierno y que ya consumían alcohol como sus padres.
Durante 30 años también fue alcohólico. La cocaína lo mantenía más o menos sobrio los días de concierto. En varias entrevistas refiere que solo tiene recuerdos borrosos de los años 90, 91 y 92, la época en la que pasó por su divorcio con Anel, la madre de sus primeros hijos, y llegó a vivir en un taxi con otros adictos.
“Salía de la cantada y nos íbamos de farra. Amanecía en el coche con el esmoquin todavía puesto. Me despertaban los comentarios de los curiosos, que se preguntaban ‘¿es ese José José?’”, contó durante una entrevista.
Las desapariciones por largas temporadas de “El Príncipe de la Canción” en cada recaída, eran un asunto habitual. Hasta que finalmente llegó su peor momento, al llegar sus enfermedades y su pérdida de voz.
Era un espiral de destrucción imparable. "Los telefonazos eran ‘lo vimos tumbado en la calle’. ‘Lo vimos durmiendo en un taxi’. ‘Creo que ya ni lo vimos; creo que ya ni amaneció’. ‘Señora, venga a reconocer el cadáver'”, relató su hijo ante lo que le decían o podrían llegar a decirle sobre uno de los peores momentos del gran intérprete.
“El señor Darío de León, Ricardo Rocha y Tina Galindo —nos enteramos— lo pescan, lo meten al avión y se lo llevan a Minnesota, y lo internan. Después de un mes sale, ya del brazo de Sarita (su última esposa). Gracias a Dios, tocó fondo y gracias a Dios pudo salir y dejar las adicciones, aunque esto le afectó a su voz y gravemente a su salud", concluyó José Joel.