El actor Johnny Depp está consiguiendo cerrar poco a poco los frentes legales que le quedaban abiertos. Ahora acaba de firmar un acuerdo con sus dos antiguos guardaespaldas, que presentaron una demanda en su contra en mayo del año pasado por impago y despido improcedente.
Los documentos legales presentados ante la justicia de Los Ángeles han dado carpetazo a ese desagradable enfrentamiento después de que ambas partes consiguieran llegar a un entendimiento fuera de los tribunales que cancela automáticamente todas las audiciencias fijadas para un futuro.
Eugene Arreola y Miguel Sanchez se convirtieron en empleados del intérprete cuando este quiso que permanecieran en su equipo de seguridad tras romper su relación profesional con la empresa Premiere Group International para la que ellos trabajaban inicialmente. Entre 2016 y 2017 los dos hombres formaron parte del séquito de la estrella de Hollywood y se habrían visto obligados a realizar una serie de tareas más propias de unos "cuidadores" que de la posición para la que habían sido contratados. En concreto, ambos afirmaron que tuvieron que conducir vehículos que transportaban sustancias ilegales, proteger al artista de sus adicciones y lidiar en general con situaciones fuera de su rango de responsabilidades.
Otra de sus quejas estaba relacionada con sus condiciones laborales, sin derecho a descansos ni compensación por las horas extra que realizaban, aunque no consideraron nunca a Johnny Depp responsable de ese ambiente tóxico de trabajo, sino al jefe del dispositivo de seguridad del que formaban parte y su jefe directo, Leonard Damian.
Por el momento no han trascendido los términos exactos del acuerdo que habrían alcanzado con Depp, y si implicaría algún tipo de compensación económica.