La disposición traerá a partir de esta
semana una turbulencia más en Acroarte, gremio que todavía lucha con los
familiares de Casandra por el nombre de El Soberano. Acroarte no debió
darse el “lujo” de un pleito innecesario.
Debieron proceder de otra forma. Todo parecía como si el proceso tenía
que conocerse indefectiblemente en la Asamblea realizada el pasado
sábado. Nunca entendí la prisa.
Pero ya es tarde, pues la resolución
está ahí. Unos que otros ignorantes desconocen que la confrontación es y
ha sido lo que ha posibilitado el fortalecimiento de Acroarte.
Eso ha sido uno de los puntos más
positivos que tiene la entidad, pero eso no lo entienden ciertos
personajes que militan en ella.
Lo acontecido el pasado sábado traerá
muchas sombras para Acroarte. Es más, se anticipa una división que
lamentarán quienes auparon las expulsiones y las suspensiones. Quien
escribe es miembro fundador de Acroarte.
Estuve ahí cuando éramos seis los que nos reuníamos y fui quien sentó
las bases para la creación de la filial en Santiago.
He visto a Acroarte atravesar por
situaciones muy traumáticas, pero esta le ha puesto la tapa al pomo. Es
hora de que se reúna el Consejo de Asesores y con los pies en la tierra,
así como la cabeza fría, ayude al gremio a salir de este atolladero.
Acroarte debe existir por encima de todo. Ojalá y lo entiendan.
Por Severo Rivera En el blog de Severo de Diario Libre