No hay razón para alarmarse con el desatino
reiterado de la sedición opositora reclamando la renuncia del Presidente
Danilo Medina porque la intención desde el primer momento es entrar al
Palacio Nacional de madrugada y por la puerta del patio, como tantas
veces ha sucedido en la fatídica historia política dominicana.
He dicho
muchas veces que en su delirio de poder el liderazgo agazapado de la
llamada Marcha Verde -que es donde tienen origen los planes macabros de
atentar contra la democracia y el orden constitucional-, ha diseñado la
estrategia de soliviantar primero las calles reclamando “el fin de la
corrupción y la impunidad” y luego presionar en instancias sociales y
económicas para hacer saltar a Danilo del poder.
Tampoco hay nada nuevo
sobre su financiamiento y se conocen los grupos de poder que tienen
detrás, tanto locales como extranjeros. Menos aún se ignora la
disidencia del liderazgo partidario tradicional confabulado con ese
propósito perverso...
... Sus actos contra la democracia están fiscalizados y sus planes
son conocidos hasta el último detalle por quienes tienen que conocerlo.
Eso es lo que explica que más de 24 horas antes de producirse la
solicitud de renuncia del Presidente, las principales instancias del
poder estaban al tanto de que se daría esa ocurrencia.