El proyecto cuenta con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarro
El Instituto español de Hidráulica Ambiental de Cantabria (IHCantabria) está llevando a cabo un proyecto para mitigar y dar soluciones a la erosión de las playas de la República Dominicana, que están perdiendo del orden de 10 metros de arena al año en algunas zonas, con lo que eso significa para un país turístico.
El investigador de IHCantabria Mauricio González es el responsable de este “Estudio de factibilidad para el manejo costero integrado” encargado por los ministerios de Turismo y Medio Ambiente del país caribeño con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo, informa la Universidad española de Cantabria en un comunicado.
El trabajo comenzó hace siete meses y se desarrollará hasta el año que viene con un objetivo: “Frenar el proceso de fuerte erosión que afecta a las playas, motor económico de este país, para tenerlas en condiciones”, explicó González.
Además, el Gobierno dominicano apuesta por un desarrollo sostenible de ese turismo de sol y playa, planteando el reto de buscar soluciones ambientalmente compatibles con sus ecosistemas.
El diagnóstico realizado por los científicos sitúa el origen del problema tanto en los efectos de la crisis climática como en actuaciones antrópicas.
“En los últimos años, los huracanes y temporales han aumentado su frecuencia e intensidad, y la acción del cambio climático y del ser humano han ido degenerando las zonas de arrecifes y manglares, elementos que protegen frente a esos huracanes, ya que disipan la energía que llega a las playas”, apuntó Mauricio González.
Esto ha llevado, según indicó el investigador, a que, en diez años, haya zonas donde han retrocedido del orden de 100 metros, “el equivalente a una manzana”.
Los investigadores comenzaron analizando cuál es el problema de las diferentes playas.
Según González, se están estudiando varias localizaciones, aunque debido a la pandemia por la covid-19 los trabajos se tienen que realizar desde Cantabria.
Este trabajo de campo incluye recopilar información de oleajes, corrientes, mareas e inundación de la costa, que se introduce en los modelos numéricos para representar las diferentes dinámicas de erosión. “Analizamos la situación actual y en escenarios de cambio climático de entre 50 y 100 años”, detalló el investigador.
En una segunda fase, los investigadores realizarán talleres de participación con actores locales “que puedan ayudar, con su percepción de la problemática, a dar solución en el medio y largo plazo”.
Todo ello, según destacó Mauricio González, enriquecerá las propuestas de medidas de mitigación para controlar esa erosión y “que podamos tener playas compatibles con el turismo”, recuperando metros cuadrados de gran valor para el futuro del país americano.