La gran masa de usuarios de la información se ha volcado en estos días hacia las redes sociales para enterarse, minuto a minuto, de todas las novedades que giran alrededor del plantón de los jóvenes en la Plaza de la Bandera.
Exactas o inexactas, las noticias fluyen y despiertan febriles estados de excitación entre quienes las reciben, induciéndolos hacia la aceptación o el rechazo de lo que leen, oyen o ven, pero de todas maneras cumplen el propósito de notificar lo que ocurre.
Los canales digitales y las redes sociales, al alcance de todo aquel que posea un teléfono inteligente y acceso al internet, constituyen ahora la primera fuente (aunque no la más fidedigna y veraz) que tienen millones de usuarios para hacer contacto con la realidad del momento.
La inmediatez se ha convertido en el motor de sus dinámicas y de su éxito.
Esa dinámica, y la cultura de uso que ha creado, es la que está llevando a los periódicos impresos a reenfocar sus contenidos y los modelos de negocios que hasta hace unos pocos años le permitían el monopolio de la información.
O, dicho de otra manera, es la razón que impulsa los cambios y las innovaciones en la forma de hacer periodismo profesional, sin perder calidad ni sentido de misión en una sociedad que necesita y merece ganar conocimiento.
La reinvencion de los medios escritos no excluye ninguna alternativa, estrategia o herramienta que le permita convivir con los medios digitales bajo una nueva cultura de lectoría y por eso emerge y se desarrolla un periodismo de explicaciones, de interpretación o análisis de la realidad que obliga a profundizar en las causas y consecuencias de los episodios que son noticia.
La palabra clave, entonces, es relevancia
Identificar los elementos relevantes de un hecho, ponerlos en contexto y separar lo exacto de lo inexacto, la información veraz de la desinformación o la mentira, es el reto que afronta el periodismo profesional, apostando a la calidad de los contenidos más que a una carrera de velocidad por o contra la inmediatez.
La experiencia de informar en estos días sobre las nuevas modalidades de protestas ciudadanas en nuestro país ha permitido deslindar claramente estos campos, aceptando que hay dos dinámicas paralelas con influjos diferentes entre la masa de usuarios: la de la inmediatez versus la relevancia en el tratamiento de los contenidos en las que perfectamente pueden coexistir sus medios.