Patxi Andión estaba viviendo el reposo del guerrero. Porque, como alguien le dijo una vez, cantaba como un guerrero y porque después de medio siglo de carrera musical lo estaba celebrando con un nuevo disco, La hora lobicán, una delicatessen con canciones de desamor, con una sobre su vivencia en el Mayo del 68 parisiense, otra rememoraba su breve pasado marinero... Un autorretrato de lo que era en ese momento.
"El disco de un tío de 72 años", dijo a este periódico en la entrevista de promoción del álbum hace un mes. Este miércoles, Andión, que estaba feliz por la acogida en los medios de su nuevo trabajo y porque acababan de operarle de un oído ("ya vuelvo a escuchar en estéreo", decía) ha muerto en un accidente de tráfico en la carretera A-15, en Soria, al salirse de la vía el Land Rover que conducía.
El pasado noviembre, el cantautor publicó La hora del lobicán (producido por Lemuria Música y distribuido por Warner), el disco con el que conmemoraba 50 años desde que lanzó el primero, Retratos, en 1969. El músico presentó el álbum, con 10 canciones nuevas e inéditas, el pasado 25 de noviembre en la madrileña sala Galileo Galilei.
Andión nació en Madrid pero se crio en Azpeitia (Gipuzkoa), municipio al que se trasladó su familia, de sentir republicano y antifranquista. Formó parte de grupos juveniles como Los Dingos y Los Botos antes de marcharse a Francia, donde vivió el mayo francés en París. En una entrevista con EL PAÍS el pasado noviembre, Andión, representante de la canción protesta, con más de 500 temas firmados, se reconocía como uno de los cantautores que se encontraron desubicados cuando llegó la democracia.
A pesar de su confesada condición de ateo, Andión contrajo matrimonio en mayo de 1976 en una ermita navarra con Amparo Muñoz, nombrada miss universo dos años antes y a la que había conocido en la grabación de La otra alcoba, de Eloy de la Iglesia. El matrimonio duró poco más de un año, aunque se divorciaron oficialmente en 1983. Posteriormente volvió a contraer matrimonio con Gloria Monis.
Después de interpretar en los ochenta al Che Guevara en el musical Evita y publicar los discos Amor primero y El balcón abierto, Andión hizo un parón musical, debido al rumbo que había tomado su carrera: “Me encontré en un sitio que no había proyectado. Estaba mimado por una multinacional, pero te vas amoldando a lo que te pide el éxito: las canciones que el público quiere en los conciertos, lo que le llama la atención a los comunicadores… Entonces, te das cuenta y dices: ‘No quiero esto’. Puedes hacer dos cosas, seguir en el sistema o salirte un tiempo, que es lo que hice. Y volver, si tienes cosas que decir”.