Mariah Carey ha sido noticia en los últimos días por una entrevista concedida a 'The Guardian'. Una entrevista en la que, tras casi 30 años en el mundo de la música y siendo una leyenda de la misma, ha venido a confirmar y desmentir algunos de los mitos de diva que la rodean.
Y es que Mariah Carey, para bien o para mal, hace tiempo que dejó de ser una artista, para convertirse en una celebrity. Ella, mientras haya focos, cámaras y gente aplaudiendo, encantada. La fama no es fácil de llevar y la cantante neoyorquina es una muestra clara.
A sus 48 años, Mariah Carey es ahora más famosa por sus absurdas peticiones de diva old Hollywood que por sus éxitos musicales. Y por ahí le preguntaron en la entrevista. Empezando en 2009, cuando amadrinó la apertura del centro comercial Westfield en Navidad. La petición era sencillita: 20 gatos y 100 palomas, todos blancos e impolutos.
"Lo de los 20 gatos es totalmente falso. No me gustan los gatos". Ahora, de las palomas ya tal. También desmintió el bulo de que pide tapas de oro nuevas para los váteres de cada hotel que visita. "¿En serio? ¿Tapas de oro? Para eso me compro una casa". Eso sí, a la tercer sí que acertaron. En parte.
Y es que el rumor dice que Mariah Carey sólo se baña en agua mineral francesa marca Evian. Hablamos de unos 10 euros la botella de 75 cl. No saldría a cuenta. Por suerte, la cantante desmintió la mayor. Eso sí, con matiz sorprendente. "No, me baño en leche fría". Sí, como Cleopatra. Y es que con sus rutinas de belleza no negocia. Lo que haga falta para ser eternamente bella.
La pregunta es, ¿cómo ha llegado a este punto Mariah Carey? Para responder, nada como repasar su vida y obra. La evolución, auge y caída de una diva que fue la diosa de la música, la novia de América (musical) y que, como muchos otros, no supo gestionarlo.
